“Quedan dos semanas”, dice el sacerdote Omar Sánchez en la homilía de su misa del pasado 25 de mayo transmitida por las redes sociales, antes de llamar a no votar por el comunismo. “Lo que queremos es que el comunismo no gobierne nuestro país, hay que pedirlo así, no podemos permitir que una ideología atea y enemiga de la iglesia”, exclama Sánchez, a pocos días de la segunda vuelta electoral.
El cura Omar Sánchez, sin embargo, no ha sido el único miembro de la Iglesia Católica que se ha pronunciado en contra del candidato de Perú Libre, Pedro Castillo.
Una semana antes, el pasado lunes 17 de mayo, el sacerdote Pablo Augusto Meloni Navarro también se pronunció al respecto. “Cuando alguien me viene a decir ¡Palabra de maestro!, me genera un temblor, porque Jesucristo es el maestro que nos enseña la verdad. Y cuando cualquier otro se quiere llamar así mismo maestro, y más aún, cuando no solo en términos intelectuales sino en términos de la verdad, está en las más profundas tinieblas, nosotros no podemos callarnos y dejar que la gente elija como les da la gana”, exclamó el cura Meloni en su misa.
Desde el norte del país, el arzobispo de Piura y Tumbes, el monseñor José Antonio Eguren Anselmi, también se pronunció en contra de la candidatura de Castillo. En su comunicado, publicado el pasado 24 de mayo, el miembro del Sodalicio de Vida Cristiana sostuvo que “no quiere para su país que el totalitarismo comunista destruya nuestra libertad, nuestros derechos e independencia”.
Estos diversos pronunciamientos han generado un fuerte conflicto al interior de la Iglesia Católica. Tanto es así, que la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) se vio en la obligación de pronunciarse.
Los obispos del Perú que conforman la CEP llamaron a votar de forma libre y bien informada y enfatizaron su rechazo “al capitalismo salvaje que reduce al ser humano al consumismo”, así como su condena al “terrorismo, la violencia venga de donde venga y a todo atentado contra la vida”.
Frente a este contexto, el miembro de la Comisión Episcopal de Acción Social, Javier Jahncke Benavente, resalta que no es el rol de la Iglesia Católica hacer campaña por algún político.
Fuentes de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) comentaron que las facciones de la Iglesia Católica vinculadas al Opus Dei y al Sodalicio de Vida Cristiana se inclinaron a favor de Rafael López Aliaga, excandidato a la presidencia de ultraderecha y antiderechos.
A dos semanas de la segunda vuelta electoral, otra facción de la Iglesia Católica ha dejado ver su apoyo a la candidata Keiko Fujimori, investigada por los presuntos delitos, lavado de activos y obstrucción a la justicia.
Carta de la Conferencia Episcopal
La Carta nos dice que “La Iglesia invoca a votar de forma libre y bien informada e igualmente hace un llamado a la conciencia ciudadana para la buena elección de sus gobernantes”.
Asimismo, “la Iglesia, en fidelidad a la dignidad humana, siempre ha rechazado y condenado al comunismo por ser un sistema perverso que reduce al ser humano a la esfera de lo económico y restringe las libertades fundamentales de la persona; así mismo, la Iglesia rechaza al capitalismo salvaje que reduce al ser humano al “consumismo” y al afán de lucro desmedido, en desmedro de la dignidad humana. (Cfr. Centesimus Annus 8)”.
En otro punto, los Obispos del Perú indican que “la buena política debe también atender las urgentes necesidades, sobre todo de los más pobres y vulnerables y debe ser capaz de unirnos, no de dividirnos, pues “nadie se salva solo”; todos somos parte integrante de un país “de todas las sangres”, nadie puede ser “descartado” (Papa Francisco, discurso durante su visita al Perú en 2018)”.
Por último, la carta resalta que, para fortalecer la democracia, es necesaria una ciudadanía activa, proactiva y vigilante que esté muy atenta para preservar el orden democrático ante cualquier intento de quebrantarlo.