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sábado, abril 20, 2024

Un pájaro loco en la Banda

pastillas para no dormir
Alonso Ocampo
columnista

Realmente las explicaciones que dio el alcalde de la Banda de Shilcayo Luis Neyra León respecto del escándalo de los micrófonos, han resultado además de inverosímiles un ataque artero a la inteligencia de cualquier humano. Pero hay cosas curiosas en este asunto de “sembrado” de micrófonos que van allá del tema en que se ha centrado el debate.
Asumiendo pues que la compra y adquisición de equipos de “seguridad” como los ha denominado el alcalde sean regulares ello significaría la existencia, como en toda compra de institución estatal, un circuito administrativo, pero básicamente debería mostrarse el requerimiento del área usuaria, documento de medular importancia para comenzar a establecer cuáles son las razones para dicha adquisición. Se supone además que existen documentos internos que determinen la ubicación física de estos elementos de seguridad.
Si el robo de un equipo multimedia del la municipalidad han obligado a redoblar las medidas de seguridad quisiera decir que el anterior sistema de vigilancia fue deficiente, pero se desconoce la existencia o seguimiento de la denuncia policial sobre este hecho delictivo y menos aún algún tipo de investigación interna o sanción a quienes estuvieron a cargo de la seguridad en el recinto bandino.
El alcalde Luis Neyra León tiene el atrevimiento de indicar que las cámaras de video vigilancia tenían por separado el micrófono y que esta debía ser colocado en el centro del ambiente del lugar que se quería vigilar. Un amigo de niñez, ingeniero electrónico de profesión, que realiza por más de 10 años instalaciones de cámaras de vigilancia, me indicaba que ello era una práctica inusual para funciones de seguridad. Si los argumentos expuestos por el alcalde fuesen ciertos no habría razones para que la instalación de micrófonos se haya ocultado a los regidores a menos que se sospeche que ellos sean ladrones o parte de una banda delictiva.
Pareciera que la psicopatía  ha invadido a los inquilinos  de la Municipalidad de la Banda de Shilcayo, según bibliografía consultada ésta describe al psicópata como una persona simpática y de expresiones sensatas que, sin embargo, no duda en cometer un delito cuando le conviene y lo hace sin sentir remordimientos por ello. Si bien es cierto la mayor parte de los psicópatas no cometen delitos, no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir sus objetivos, sin sentir por ello remordimiento alguno.
Si bien es cierto Luis Neyra León llegó circunstancialmente al sillón municipal, por declinación de la cabeza de lista, tampoco hay que negar que tiene cualidades comunicacionales, sin embargo como le pasa a casi todos los políticos que no tienen ninguna preocupación por el honor propio  se ha visto involucrado  en una serie de hechos controversiales que en vez de catapultar una carrera política, seria y respetable terminan tirándolo a la basura. Lo voy a seguir diciendo, nunca podrá generar confianza aquel alcalde que se quiere librar de sus regidores -como aún sigue sucediendo en la Banda de Shilcayo- así estos sean unos  fiscalizadores “cargosos”.
Los que conocemos algo de gestión municipal sabemos perfectamente que el lado débil lo conforman los regidores, no solo por su mínima participación en decisiones de gobierno sino porque se enfrentan a funcionarios y trabajadores cuya dependencia en el puesto laboral depende de su incondicionalidad con el alcalde. La situación en la Municipalidad Distrital de la Banda de Shilcayo ha rebasado hasta la más fértil de las imaginaciones, ya que se han visto conatos de bronca, agresiones verbales, amenazas, huevazos. En todo este pandemonio lamentablemente los regidores han olvidado su estatus dentro de la corporación municipal y los trabajadores su condición de tales.
Hoy jueves se verá en sesión de comuna el tema de la compra de un pool de maquinarias, de un lado los seguidores del alcalde están tratando de tapar el escándalo de los micrófonos con este tema y del otro los regidores quieren seguir dilatando la autorización de endeudamiento bancario para la compra.
Ya ninguna posición es genuina por los elementos que la rodean, no se sabe qué interés supremo hace que el alcalde casi implore a sus regidores le den luz verde, cuando hasta hace poco no le importaba reunirse en una iglesia para limar asperezas y simultáneamente una incondicional estaba solicitando la vacancia de los concejales. La decisión de algunos regidores pasa solo por darle la contra al alcalde aunque ello signifique fragilidad argumentativa, en otros por no querer “armarlo” para su campaña reeleccionista donde seguramente también serán parte de las ofertas electorales en el distrito bandino.
En todo caso en esa municipalidad se ha perdido el respeto, las buenas formas, la honestidad, la transparencia…se ha perdido todo.

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