Una buena definición de justicia la leí hace un buen tiempo atrás y consideré conveniente citarla ahora, en esta columna, porque creo que es oportuna y viene al caso; como dirían quienes tienen más edad; es como “anillo al dedo”.
“La justicia es el equilibrio entre la moral y el derecho” y le agregaríamos; tiene un valor superior al de la Ley, porque lo justo es siempre moral, las leyes pueden ser injustas.
Obedecer al mandato de la Ley es una reacción que proviene de la disciplina, aunque en ocasiones puede implicar un acto inmoral.
El título hace referencia el acto de cobrar lo justo, una práctica presente en el comercio y es que un tiempo a esta parte del camino venimos observando una tendencia indebida de muchos comerciantes a encarecer los productos y también servicios, tanto en Tarapoto como en Morales y la Banda de Shilcayo.
Tratándose de malas costumbres, cuando no, aparecen en el primer lugar nada menos que los mototaxistas.
Si un pasajero distraído solicita el servicio sin haber pactado el costo, el pequeño cerebro del interfecto se pone en alerta y empieza a maquinar argumentos para cobrar más de lo debido. La carrera de dos soles dentro de la ciudad va camino a los 3 soles, sin que la gasolina haya subido de precio. Las damas solas, los adultos mayores y los distraídos serán obligados a pagar más. Aunque en realidad, los que pagan “pato” son los turistas nacionales y extranjeros; a los gringos; “cinco dólares míster” eso es lo que llamo: ¡No cobrar justo!
Los artículos de primera necesidad, son incrementados de a 50 céntimos en mercadillos, mercados y bodegas, las frutas y las verduras; 2 o 3 soles más por kilo; si llovió 2 días seguidos, los jugos de frutas de 1 sol y 1 sol cincuenta ahora están a 2 o 3 soles y no subieron el azúcar o la energía eléctrica.
La estrechez económica que nos golpea a causa de los malos manejos de la economía por el señor Pedro Pablo Kuczynski Godard, promocionado como “un gran economista de prestigio internacional”, induce a estos comerciantes maltratadores de sus clientes a subir precios sin motivo ni razón.
Dicen los entendidos que la solución está a la mano de quien compra ¡no hay que pagar caprichos, exige precios justos!