El fin de semana se conocía de dos hechos en la ciudad de Moyobamba que ponían en jaque, otra vez, a empresarios y profesionales de esa zona de la región San Martín.
Las cosas no han cambiado y se puede ver constantemente, lo más “leve”, el robo, todos los días, de vehículos menores (motos y motocar) que es el pan de cada día sin tener resultados eficientes sobre la recuperación de estas unidades motorizadas.
Ahora, los robos en las empresas es otro problema que preocupa, pues no solamente se trata de entrar a un local para retirar el dinero conseguido con el trabajo diario, es también el riesgo que corren los trabajadores, al ser reducidos con armas de fuego para que entreguen todo lo recaudado, pues ante una mala reacción podría costarles hasta la vida, y encima, perder sus bienes personales en los atracos.
Pero más preocupante que el sicariato tampoco cesa, pues primero amenazan a un profesional y luego intentan acabar con su vida, causa temor, pues se conoció de este abogado de Moyobamba que logró salvar luego que tenía el arma en la sien y claro, la sensación que le queda es salir huyendo de la ciudad que le da oportunidades profesionales.
Hace unos días ha sido designado el comandate en retiro Napoleón Salazar y este es su primer encuentro con la delincuencia (en ese cargo), que conoce muy bien, por el trabajo que realizaba anteriormente.
Ha prometido un trabajo en la calle y no de escritorio que espero se ejecute sin tener pesar por los delincuentes que cada día “se especializan” para que los actos queden impunes.
Los sucesos ocurridos no son nuevos, necesitamos mano dura y, como disco rallado ya repetimos, que las instituciones encargadas de velar por la seguridad trabajen coordinadamente y que el esfuerzo de unos no sean apagados por otros. Quedamos a la espera de resultados.