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viernes, abril 19, 2024

¿Si las instituciones pùblicas desaparecieran?

Como resultado de una pregunta provocadora en el Facebook, que suelo formularlas, siendo la última el caso de ¿en que quedó la solución de la huelga de los productores de arroz?, hubo una respuesta en el sentido que si el Ministerio de Agricultura desaparecería nadie se daría cuenta. Di mi opinión, en respuesta a la opinión pues suelo contestar las réplicas en mi muro e interactuar, porque no me he dedicado aun a la política.

La presencia del Estado es vital para el desarrollo y desenvolvimiento de las sociedades. Los neoliberales, que odian al Estado emprendedor, pero donde cachuelean sin compasión ni miramientos, exigen que el Estado solo cumpla roles subsidiarios y que todo el proceso económico se deje a la diosa Mercado. Y ocurre que a muchos neoliberales a ultranza, cuando llegan las vacas flacas, los encontramos con el currículo bajo el sobaco buscando una chambita en el Estado, y cuando los descubres sacan explicaciones como esto de ´soy técnico y no político´ y sandeces por el estilo. Así estamos.

Lo ocurrido con el problema de los productores de papa y lo decidido por el Ministerio de Agricultura y Riego encontrando la ´solución´ a través de la intervención de los Gobiernos Regionales que tienen canon minero, no es lo más acertado, como editorializó el sábado pasado el diario El Comercio, opinión que también comparto. ¿Traición a los principios? No. Realismo puro. Pragmatismo.

El problema en el sector agrario es que no se planifica realistamente. Los ministerios, cada cierto tiempo, están obligados a elaborar sus Planes Estratégicos Sectoriales Multianuales (PESEM) y que estos estén vinculados al Plan Nacional de Desarrollo, que elabora el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN). Pero, ¿alguien toma realmente en serio estos documentos? ¿Cuántos funcionarios de planificación de los sectores públicos los conocen o saben de su existencia? No le digo la respuesta, amigo lector, porque le va a llenar de terror. ¡Así estamos!

He sido benevolente al decir que ´no se planifica realistamente´, porque, en verdad, a nadie le interesa planificar, porque nos hemos acostumbrado al día a día. En el sector agrario solo se le presta interés a ese proceso de las ´intenciones de siembra´ que se publica en tremendos mamotretos y que se distribuyen ampliamente y que nadie lee ni consulta, para efectos prácticos.

La cosa es simple, por decirlo de alguna manera. La planificación consistiría en evaluar la situación real del campo, primero, y después definir cuantas áreas se destinaran a los cultivos prioritarios para evitar la saturación del mercado. Obviamente, teniendo en cuenta el marco de lo que se planea a largo plazo. El caso de la papa es un tema de la ley del mercado: la oferta y la demanda. El asunto es cómo prevenir escenarios como el presentado por los paperos y cómo corregirlos si se sale del marco. Debemos saber que la papa no se exporta, ¡y el centro de origen de este cultivo es el Perú, con una variabilidad tremenda!, como lo acreditan estudios de la Universidad Agraria de La Molina. (Continuará).

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