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jueves, abril 18, 2024

“SOLO LE PIDO A DIOS” (Canción Protesta: — Mercedes Sosa)

LA HORCA.- Leyenda Peruana

Solo le pido a Dios
Que la guerra no me sea indiferente
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.

Este relato pudo haber sucedido en Macondo también, pero es una leyenda peruana recogida por Paulo Coelho; es de esos tiempos en que los asuntos en conflicto se zanjaban de común acuerdo y las palabras comprometidas valían más que las escrita en papel sellado. Ahora vivimos entre el miedo y la corrupción.

LA HORCA
Una antigua leyenda peruana habla de una ciudad donde todos eran felices. Sus habitantes hacían lo que querían y se entendían bien, menos el alcalde, que vivía triste porque no había nada que gobernar.

La prisión estaba vacía, el tribunal nunca se utilizaba, y la notaría no daba beneficio, porque la palabra valía más que el papel sellado.
Un día, el alcalde mandó venir trabajadores de lejos, que cerraron con vallas el centro de la plaza principal; se oyeron martillos golpeando y sierras cortando madera.
Al cabo de una semana, el alcalde invitó a todos los ciudadanos a la inauguración. Solemnemente, las vallas fueron retiradas, y apareció… una horca.
La gente comenzó a preguntarse qué hacía allí aquella horca. Con miedo, empezaron a acudir a la justicia para cualquier cosa que antes se resolvía de común acuerdo. Recurrían al notario para registrar documentos que antes eran sustituidos por la palabra empeñada. Y volvieron a escuchar al alcalde, por miedo a la ley.
La leyenda dice que la horca nunca fue usada. Pero bastó su presencia para cambiarlo todo.

Entre la conciencia y la ley, entre lo moral y lo jurídico se tambalea la justicia. Todos son inocentes mientras que no se les pruebe lo contrario ¡Pruebas señores, pruebas! ¡Juzguemos con objetividad! Eso será lo legal.

¿Pero son realmente los que administran las leyes “La sal de la tierra? ¿No será que, hecha la ley, hecha la trampa? ¿Y los vacíos legales? ¿No será que el vampiro ha llegado a sentarse en el trono del profeta para que campee la impunidad y la corrupción. Al menos en esta leyenda no habían curas. Y el pueblo sufrido canta y protesta con Mercedes Sosa.

Sólo le pido a Dios.
que el engaño no me sea
indiferente
si un traidor puede más que unos cuantos,
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.

Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea
indiferente
que no me abofeteen la otra
mejilla
después que una garra me arañe esta suerte.

Sólo le pido a Dios
que el dolor me sea indiferente
que la reseca muerte no me
encuentre
vacía y sola sin haber hecho
suficiente.

Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea
indiferente
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.

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