Qué duda cabe que el Gobierno Regional de San Martín ha realizado un gran despliegue en la organización de la reciente Expo Amazónica 2017, la que viene siendo reconocida como un evento que ha superado las expectativas de propios y extraños. Eventos de esta naturaleza colocan las variadas potencialidades de nuestra región en una vitrina ante los ojos del país y el mundo. De ahí que no sorprende que el evento haya alcanzado la cifra de 16 millones de dólares en rueda de negocios.
Más allá de lo comercial, habría también que resaltar la decisión de los organizadores por haber revestido en gran parte el evento con los colores, formas, figuras y la monumentalidad de El Gran Pajaten. No era para menos, por algo es considerado (El Pajatén) como una de las siete maravillas del Perú y además hace poco reconocido como la quinta reserva de biósfera del país; y, lo mejor de todo, es que se encuentra ubicado en nuestra hermosa Región San Martín, específicamente en la Provincia de Mariscal Cáceres, jurisdicción del Distrito de Huicungo.
Sin embargo, hablar de El Gran Pajaten, es un tema que desde su descubrimiento hace algunas décadas, ha sido muy abstracto, lejano y distante. Su presencia entre nosotros es casi mitológico, puesto que todos hablamos de este sitio arqueológico pero casi nadie lo conoce (ni el 1% de sanmartinenses). Es el anhelo y aspiración de juanjuínos y huicunguinos por redescubrir nuestros orígenes, por encontrarnos con nuestras raíces y el sueño de tener un segundo Machu Picchu por decirlo de algún modo dentro de las fronteras de nuestra región.
La Expo Amazónica 2017 ha brillado con luz propia como consecuencia de un arduo trabajo de meses por parte de los organizadores, ha sido impulsado con ahínco y esmero. Ese mismo esmero y ahínco deben poner nuestras autoridades presentes y futuras para lograr que El Gran Pajatén, que es esperanza, se convierta en una posibilidad y en una realidad a donde todos los sanmartinenses podamos llegar y sentir orgullo no sólo en el papel y la tradición oral sino desde el lugar de su propia energía.
Seguramente en los próximos años nuestra región volverá a ser sede de la Expo Amazónica y estamos seguros que la valla será más alta que la actual. Surgirán nuevos retos y propósitos, y éstos al ser constantes y variados en el devenir histórico, esperemos que comprenda al Gran Pajatén ya no como una foto distante, sino como una realidad cercana. El reto que debe unirnos a todos los sanmartinenses los próximos años es la consolidación de un proyecto que busque deslumbrar al mundo con la puesta en valor de El Gran Pajaten, es decir un proyecto articulado con enfoque turístico, social, económico y por supuesto ambiental. De momento, al haber declarado el año pasado el Gobierno Regional de San Martín como de necesidad y utilidad pública regional la investigación a este sitio arqueológico, es ya un avance significativo que orienta a potenciar el reconocimiento de nuestra cultura y nuestra identidad pero sobre todo a la concretización de un acceso hasta el imponente Gran Pajatén.