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martes, abril 23, 2024

¿Estamos ante dos fujimorismos?

No hay duda que mientras más intentan cortarle las alas la bancada fujimorista a Kenji más lo impulsa en su vuelo, incluso a más sanciones más apoyo de su padre Alberto Fujimori, que dicho sea de paso se ha convertido en el Isaac del fujimorismo.

Un análisis serio y profundo tiene que ser sobre el fondo, sobre el contenido y no sólo de la envoltura, en ese sentido es válido preguntarse ¿estamos ante dos fujimorismo? Y la respuesta es no, el fujimorismo es uno sólo, la disputa no es programática, menos ideológica, es por la herencia.

La pelea por la herencia entre los dos hijos de Alberto Fujimori no es nueva, el génesis lo podemos encontrar incluso antes de la segunda vuelta cuando Kenji dijo que si Keiko no ganaba él postularía a la presidencia. La hermana señalando territorio afirmó que “espacios para posiciones personalistas y así lo deben entender quienes pretendan mantenerse en el partido”, no serán toleradas. Fue notorio también la actitud de Kenji cuando la bancada fujimorista rechazó investigar a Luis Figari por el caso Sodalicio Kenji, lo mismo que con las donaciones a los afectados por El Niño costero, que a diferencia de los otros parlamentarios fujimorista y su propia hermana, lo hizo de la mano con la primera dama Nancy Lange. Y hasta comparó la actuación de los congresistas fujimoristas con leones del coliseo romano.

Si bien es cierto la confrontación fujimorismo/fujimorismo va en aumento, no hay que perder de vista que esta está siendo diseñada en laboratorio, es producto de asesores que los están calculando al detalle, básicamente la actuación de Kenji, estas no estan naciendo de grandes debates sobre cómo encarar el futuro del país, no estamos ni remotamente como fue la discusión entre el denominado Movimiento de Bases Hayistas[1] y la dirección del APRA en los años 80, o la polémica de los jóvenes acción populistas que terminaron migrando a la izquierda como el caso de Letts Colmenares[2]. Insisto esta es una pelea por la herencia.

Así que no caigamos en el juego, no pretendamos dejarnos convencer que hay un fujimorismo bueno (Kenji) y otro malo (Keiko), que el primero es progresista y el segundo conservador, que kenji representa la paz, el amor y la reconciliación y que keiko enarbola la confrontación, la traba y la intolerancia. El fujimorismo mientras no renuncie a su pasado de oprobio, mientras no pida perdón por sus crímenes y no haga una constricción real por el emputecimiento de la FF.AA, el envilecimiento del Poder Judicial, entre otras perlas dignas de cloaca. Se pretenderá cambiar de Kimono, de payaso; pero el circo, el dueño, los actores y el guión siguen siendo los mismos.
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[1] El congreso partidario del aprismo a inicios de agosto del año 1980, marcó el alejamiento de Townsend conjuntamente con Ramiro Prialé y Luis Alberto Sanchez del Aprismo “oficial”. Transcurrido cierto tiempo se conformó el Movimiento de Bases Hayistas (MBH) desde el cual se reclamarón seguidores de Víctor Raúl Haya de la Torre.

[2] Libro “La Ruptura – Diario íntimo 1959 – 1963”. Ricardo Letts Colmenares.

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