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jueves, marzo 28, 2024

Urgente política agraria amazónica

Resulta risible leer letreros en las carreteras: “Cuidar la flora y la fauna”. ¿Cuál flora y fauna?, si alrededor del anuncio la superficie terrestre está cubierta con shapumba o con cashucsha, carece de árboles y de hierbas, por tanto, en aquel inhóspito y desértico lugar no vive ni el ucullucuy (lagartija). A un metro del letrero se inicia un desbosque en terreno extremadamente empinado, donde nadie podría hacer agricultura por la excesiva pendiente.

La amazonia fue y es el desfogue de la carencia de tierras de cultivo en otras regiones o el lugar abandonado donde se negocian las tierras.

El desbosque de la selva es como una plaga que arremete sin misericordia. Ahora, no solo se desbosca para la agricultura migratoria, sino para la minería ilegal, o bueno, para “demostrar” que esta tierra la estoy poseyendo, para cumplir con la filosofía de un “genio” militar político, que la tierra es de quien la trabaja.

¿Quiénes advierten barbaridades que en este instante se cometen en la amazonia?: La carencia de caoba en los pocos bosques, el envenenamiento de las fuentes de aguas para la pesca ilegal y por los relaves de minerías ilegales, la extinción de la fauna que hasta hace poco habitaba el medio: perro del bosque, tigre negro, otorongo, carachupa mama, maquizapa, cotomono, perdices, sachamama (Boa del bosque), oso de anteojos, sachavaca, huangana, etc. La amazonia, ha sido la casa de estos animales, antes que el ser humano inteligente llegara. Claro, como son animales, carecen de representantes que los defiendan y simplemente están condenados a extinguirse.

Existen algunas áreas de reserva. Con estas pequeñas superficies en algo se puede atenuar la barbarie. Pero, hay más que hacer: Definir con urgencia las últimas áreas de uso agropecuario según su capacidad natural. Existen herramientas tecnológicas suficientes para desarrollar ésta actividad. Luego, planificar el desarrollo productivo, tomando en cuenta criterios técnicos agroecológicos y de mercado, y ofertar a técnicos agropecuarios y agricultores que carecen de tierras. Al fin, en estas áreas, se haría una agricultura planificada en la amazonia, como alguna vez soñó el arquitecto Fernando Belaunde Terry con el proyecto Campanilla Tingo María.

La agricultura en estas parcelas comenzaría definiendo las áreas de las fajas marginales, las áreas del bosque intangible (30%), las áreas del cultivo permanente y las áreas de cultivos alimenticios o anuales. Recién, con plano en mano, el moderno agricultor podría meter la mano en el bosque. Agricultura en la amazonia, no es desboscar por desboscar. No es que tengo que desboscar para asegurar mi posesión y luego vender.

Alguna vez, saldrán legisladores de la amazonia que enfoquen el tema de la agricultura en la amazonia tomando en cuenta todos los factores: Primero el tema del medio ambiente, porque es el ser humano el que llega a la naturaleza. Es el hombre el que debe adecuarse a la amazonia, no al revés. Es el posesionario el que debe trabajar tomando en cuenta las características geográficas de su parcela. Cada predio tiene su propia peculiaridad fisiográfica y necesita un planteamiento individual. Luego, el tema social, el agricultor toma posesión, solo si está de acuerdo a trabajar de acuerdo al plan. No es que el agricultor es dueño de la tierra y puede hacer lo que se le antoja, como viene ocurriendo en este instante. El productor es dueño de su producción y no del recurso suelo. El suelo es un recurso natural, formado por la naturaleza en miles de años y se estima que un centímetro de suelo se forma en alrededor de cien años; por tanto, no le asiste al posesionario ningún derecho de perderlo por causa de una mala práctica agraria. En ese sentido, es obligación del agricultor, realizar su trabajo con prácticas de conservación de suelos: Barreras vivas, barreras muertas, coberturas vegetales. Esta forma de trabajo ha sido realizada por los incas con los andenes de rocas, por los Chachapoyas con las terrazas de piedras. ¿Por qué ahora nosotros no hacemos nada por conservar este recurso de la nación? Permitir la pérdida del suelo de una parcela debe ser considerado como delito, porque se atenta contra la seguridad alimentaria de la población. Sin suelo no hay crecimiento de plantas, no hay producción, no hay alimentos ni generación de ingresos económicos de la familia. Esta es política agraria, la que se carece desde siempre, que por esa razón, se sufren las consecuencias de más deforestación por aquí por allá sin ninguna planificación. La amazonia se está desertificando cada día, con millones de hectáreas sin suelos agrícolas, sin fauna, sin flora, sin oxígeno y sin agua. ¿Qué estamos haciendo? Aquí está el planteamiento, sobre la marcha a trabajar, que el pueblo necesita esta urgente política agraria en la amazonia.

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