I
Quiero sembrar paz,
no puedes, le responde
una sombra que está
dentro de su conciencia.
II
Quiero sembrar amor,
no puedes, le responde
otra voz que está fuera
de su conciencia.
III
Quiero sembrar
orden y disciplina,
no puedes, le responde
otra voz muy cerca de él.
IV
Quiero sembrar
respeto y honestidad,
no llegas ni al talón de
estos valores, le responde
una voz amiga.
V
Quiero sembrar
la fidelidad de amarse
y la fidelidad de amar
a los demás,
ocúpate de ti,
solamente, se escucha
egoístamente el estallido
de otra voz.
VI
Quiero sembrar
la puntualidad
y la perseverancia,
nada es más grato
que un merecido
libertinaje, es la
explosión de otra voz.
VII
Quiero mirar imágenes
que le den brillo a mi
alma y tranquilidad
a mi espíritu,
esto ya no encuentras
ni en el cementerio,
pues hasta los restos
de nuestros hermanos
que nos adelantaron
al otro mundo, son
expectorados de los
tristes lechos de
descanso, se quiebra
otra voz al decir esto.
VIII
Quiero ser la voz
cual rayo que estalla
para todos,
cual sonido que
impacta los oídos;
pero ya las voces
y sonidos angelicales
nos cerraron el paso.
IX
Quiero vivir el mundo
sin ningún trámite,
sin el pesado caminar
de las gestiones, sin la
espera de ninguna
expectativa,
pronto sentirás las
consecuencias,
si dejas de hacer esto,
estalló a secas
otra voz.
X
Quiero beber
el verdadero amor
en su plenitud,
una sonrisa sin ningún
interés, un beso
que no tenga ningún
peso material.
XI
Quiero beber
el dulce aroma de tus
labios; romper
el hielo del odio,
del rencor;
sentir tu piel dentro
de mí; olvidarme
de vivir mañana,
viviéndote hoy.
XII
Todo lo que yo
quiero y lo que tú
quieres, no solamente
hace siglos que existen,
sino que cada uno de
ellos permanentemente
la mano levantándose
está; cada uno de ellos
no hay un solo segundo
que no dejan de
ofrecernos sus mil
bondades de paz.
XIII
¿Tú y yo qué hacemos?
Volteamos la mirada
como tontos o simples
arrogantes; seguimos
nuestras rutinas de
siempre: nunca decimos
que tenemos tiempo,
y nunca le damos
tiempo a esos misterios
ocultos dentro de
nosotros, para vivir
por lo menos un
momento de paz
con nosotros mismos
XIV
Tú y yo sabemos
que somos muchas
veces vanos, vanos
como la misma escoria,
vanos como la misma
estupidez loca de la
vida, vanos como
la misma muerte
que no siente ya
ninguna vanidad
tonta de la vida.