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viernes, abril 19, 2024

Párroco de Moyobamba exige se informe “con veracidad” sobre caso de tocamientos a niños

Increíble. El párroco de Moyobamba, Jaime Ruiz, acusó a este diario de tener animadversión contra la Iglesia Católica por haber difundido la información que involucra a un sacerdote con tocamientos indebidos.

En una carta dirigida a través de email al director de este diario, indica “noto en su columna una animadversión arraigada en su corazón por la Iglesia. Ignoro qué daño le ha podido hacer la institución que tanto amo y que tanto bien me ha hecho a mí, y a tantos millones de personas. Me encantaría que un día pudiéramos hablar al respecto, pero quiero manifestarle mi protesta por tergiversar la verdad”. De acuerdo a la postura del mencionado sacerdote, el director de este diario presenta animadversión pues en la columna del editor se refiere el último fin de semana entre otras cosas, que no hay mayor daño contra la credibilidad de la Iglesia Católica que las denuncias por violación.

“El titular de prensa que ustedes han elegido puede servir para vender más periódicos, pero es inmoral. Levantar una sospecha así, sólo porque usted la tenga, no es de recibo. “¿Cura violador?” Al P. Santiago en ningún momento le han acusado de violación, y usted lo sabe bien. El hecho de que unos jóvenes le acusen de tocamientos ya es lo suficientemente grave y doloroso para todos para que se agrave la acusación, podíamos haber titulado: “¿cura asesino?”, hubiera vendido más periódicos, pero se hubiera manchado aún más de lo peor que se puede decir de un periodista, que falta a la verdad”.

Lo que refiere el indicado sacerdote es que hubiese preferido tal vez que la información se trate apenas al interior del diario, aun cuando existe la denuncia de una madre que fue presentada por el programa Enfoques, en donde se da cuenta de los tocamientos indebidos presuntamente realizados por el sacerdote en cuestión.

Defensa del sacerdote
“Veo que, usted ya ha condenado al Padre. Yo, que le conozco, no puedo declarar ni su culpabilidad, ni su inocencia. Yo, que he hablado con los muchachos denunciantes y con sus padres, aún no tengo claro lo que ha pasado, y usted, que, por lo que parece, no se ha movido de su teclado, ¿ya lo quiere meter en la cárcel? ¿Le gustaría que un día un muchacho diga que usted lo ha tocado y todos, sin investigar, manifestemos nuestro deseo de que usted sea encarcelado? “, indica el párroco en la carta en cuestión, algo que ha sorprendido a esta redacción por ser una forma extraña de justificar un hecho que debería indignar a la Iglesia en su totalidad.

La intención de minimizar esta situación que invade a la Iglesia Católica en el mundo entero, continúa con el siguiente párrafo. “Que la Iglesia sea una institución que quiere limpiar su casa y no tolerar en su seno estos casos, es digno de elogiar ¡y de imitar!, ojalá en todas las instituciones se hiciera igual. Un compañero suyo decía ayer que en el Penal de San Cristóbal hay dos periodistas condenados por delitos similares, ¿podemos decir que los periodistas, no sé si usted lo es, son todos así? ¿Cree usted que sería ético que yo, en la Catedral, dijese que los periodistas están bajo sospecha y que los niños no deberían acercarse a ustedes?”. Debería tomar en cuenta el sacerdote en cuestión que lamentablemente los escándalos sexuales de la Iglesia Católica no tienen parangón en ninguna parte del mundo, con ninguna profesión.
“Desconozco por qué destila usted ese veneno contra la Iglesia. Si de verdad alguien le ha hecho daño en ella, le suplico que se abra a la mayoría de los que desde aquí luchamos todos los días por hacer el bien y dejar transparentar la Bondad de Jesús, que cambió la historia. Si tiene algún rato, me encantaría tomar un café con usted, pero le pido que no agreda desde sus páginas a los que tanto estamos sufriendo ante la posibilidad de que estas acusaciones puedan ser verdad. Le pido que no agrande nuestro dolor, y sea veraz en su periódico. La gente se lo agradecerá, y le aseguro, que tendrá más lectores. La verdad siempre sale a la luz, y la mentira acaba siendo castigada. No sé si usted es creyente o no, pero independientemente de que lo sea o no, Dios premia la verdad y castiga la mentira. Pido a Dios que pueda premiarle por hacer el servicio a la sociedad de servir a la verdad y no castigarle por apresuramiento y publicar una noticia sin cotejarla primero”, finaliza la carta.

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