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jueves, marzo 28, 2024

El SAT otra vez en el ojo de la tormenta

silvia

Y es que no sabemos hasta cuándo seguiremos conociendo más casos del Servicio de Administración Tributaria, que lo único que dejan es un sabor amargo y un claro recuerdo de lo que pensamos, en algún momento, ya se había terminado.

Y es que las malas prácticas no han cesado, pues a través de los medios de comunicación se han conocido casos como del abogado José Carlos Ruiz Vallejos, quien ha iniciado un proceso contra el SAT como trabajador y fue el mismo quien llevó el caso como abogado encargado de la entidad y donde el SAT perdió el juicio.

Luego se conoció del robo sistemático de una trabajadora, que recién cuando la prensa dio a conocer el caso, los funcionarios del SAT la denunciaron.

Ahora conocemos del caso de las prescripciones con abogados fantasmas, arequipeños, que indican número de colegiatura que no existe, domicilio procesal que nunca habitaron, bachiller de derecho que nunca conoció San Martín, y a todas luces se podría mencionar que falsificaron su firma, pues él mismo indicó que nunca vio los casos. Y a esto se suma, otro abogado cuya oficina procesal pertenece a un regidor municipal, quien indica sorprenderse por el tema, pero el abogado en mención, indica que un funcionario del SAT le enviaba las prescipciones para firmarlas; sin embargo, su firma no es igual a su ficha RENIEC.

El funcionario Carlos Apaza, ha sido mencionado por contribuyentes, sin embargo, mientras se realizaba una reunión extraordinaria de concejo, se conocía de su renuncia.

La pregunta, en este último caso es por qué los mismos trabajadores del SAT se preocupaban por presentar documentos de prescripción, buscar al abogado para que los firme y “ayudar” a los deudores para que su solicitud sea aceptada, lo que se pudo ver en la mayoría de los casos.

Ayer el nuevo jefe del SAT Quinto del Aguila, indicó que ha encontrado deficiencias por todos lados, que los anteriores funcionarios han generado malos manejos administrativos.

Hay una comisión que está trabajando, pero con un presidente cuya dirección de oficina se consigana como la del abogado de las prescripciones, es decir, un entuerto que será difícil, enderezar.

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