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viernes, abril 19, 2024

Zapatero a tu zapato

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¿Cómo entender a los que se dicen ser periodistas, todavía colegiados o de carrera, cuando en sus escritos desfilan palabras con alta dosis de adulonería y tonta actitud sobonera? ¿Cómo dar crédito a sus escritos cuando en vez de ser periodistas (como dicen ser), hacen todo lo contrario a lo que hace un periodista realmente competente en sus notas informativas o de crítica? ¿Cómo confiar la dirección imparcial de sus apuntes, cuando lo que hace es apuntar la línea política de un oportunista y camaleón político? ¿Cuándo sabremos que el trabajo de un periodista no es para santificar a los que quieren llegar al poder?

Los que siembran loas a favor de un político a nombre del periodismo, mejor sería que hablen a título personal, no a nombre del periodismo. Porque si esto continúa como viene ocurriendo, el periodismo servirá solamente para la información, mas no para el comentario, ni mucho menos para el análisis de opinión frontal, que es la que hace mucha falta en aquellos que se auto titulan como periodistas.

Hago mención esto a raíz de un artículo del viernes pasado en el Diario Voces, por respeto no menciono el nombre del que se dice ser periodista, pero todo su artículo está lleno de frases zalameras a favor de don César Villanueva que va como candidato al Congreso en la lista del que se llama ser de otra “raza distinta”.

Cientos de palabras infladas para hacer referencia al candidato que no teniendo el crédito de convicción en su propio movimiento como es la desarticulada “Nueva Amazonía”, se inscribe en el grupo de la “raza distinta” del señor Acuña. Todo sería normal cuando aquél que escribe las notas zalameras, lo haga a título personal, y no indicar en letras grandes que es un periodista profesional.

Como dice el dicho: “zapatero a tu zapato”. Si eres periodista, ensalza al periodismo con tus notas de análisis y de investigación; pero no ensalces a un político que quiere llegar al poder a costa del periodismo. Que lleguen con sus propios medios, que hagan cátedra si son realmente idóneos estando en conexión permanente con el pueblo, y no solamente en momentos de campaña política, y que este pueblo de una vez aprenda ya, a no dejarse absorber por ciertas nuevas promesas de los políticos.

Ejemplo de nueva promesa, el señor Urresti, manifiesta (y que si no sería candidato, lógicamente nunca hubiera llagado a Tarapoto y nunca llegaría a los lugares que va a visitar), él manifiesta, al sorprenderse por los miles y miles que son los motocarristas que recorren las pistas calurosas de la ciudad de Tarapoto. El señor U rresti percibe que en ellos(los motocarristas), podría tener una fabulosa cantidad de votos, por ello les indica que al favorecerle una posible elección, los motocarristas se convertirán en propietarios y empresarios en cuatro años.

No lo dice cómo. Asimismo, un candidato local, aspirante también al Congreso por las filas de la mal llamada alianza del APRA, viene haciendo referencia de canastas familiares y de seguros de vida a favor de las rondas campesinas y de muchas personas que pertenecen a comités de autodefensa.

Algo de ingenio tiene que haber para que los candidatos presidenciales y miles de aspirantes al Congreso, algo de suerte les pueda caer para agarrarse de un cupo y asegurarse durante cinco años de bonanza económica.

Que lo cumplan o no, lo que hoy vienen vociferando a boca de jarro, es problema ya del pueblo, porque al fin de cuentas ellos se vestirán ya con la coraza de la impunidad, y estarán ya en otro sitial, caminando por otros senderos promisorios y expectaculares, y ya no serán los que hoy caminan por los caminos del desamparo de miles y millones de personas.

Así de simple es nuestra democracia: eligiendo el pueblo cada cinco y cuatro años; ensayando promesas los que quieren salir de la ruina económica, y el pueblo, también eligiendo, queriendo salir de muchos sinsabores, que los políticos precisamente lo siembran, cuando las promesas lo hacen solamente para ser elegidos, luego las incumplen.

Sería bueno también que ensayen y planteen una ley que deberían proponer en el Congreso o en el ejecutivo, en una probable elección, por ejemplo estudiar el castigo de un congresista o presidente cuando incumple sus promesas, por ejemplo la separación del cargo a la que fueron elegidos.
Pero, ya sabemos, esto es, como pedir peras al olmo.

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