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jueves, marzo 28, 2024

¡Meteorito!

Por: Christian Marquina Alván

Las noticias sobre meteoritos en Rusia y Estados Unidos motivan a compartir algunos datos y reflexiones ofrecidas en el pensamiento científico y de síntesis presentado por el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière:
“Los meteoritos que caen sobre la Tierra no son una cosa rara y ciertos días caen VARIOS BILLONES. Naturalmente la mayoría son muy pequeños, pero, de todos modos, se estima que la masa de materia captada así por nuestra tierra es sensiblemente de una tonelada por día. La palabra “meteoro” indica el fenómeno luminoso llamado vulgarmente “estrella fugaz”, el cual es una consecuencia del corpúsculo mineral que se hace luminoso por frotamiento cuando penetra en nuestra atmósfera.”
“Es entre 80 y 120 kilómetros de altitud que los meteoritos se convierten en luminosos; más arriba de esas distancias ellos no han sufrido aún el frenaje. Los enjambres de meteoritos son retazos de cometas. Recordemos que se distinguen tres partes de un cometa: el núcleo, que aparece como un punto brillante, la cabellera difusa alrededor de él y, finalmente, la cola. El núcleo no tiene dimensiones que sobrepasen los 1.000 km., y está formado por todo un conjunto de pequeños cuerpos sólidos. La cabellera puede sobrepasar el volumen del sol y la cola, alcanzar una longitud superior a la distancia Tierra-Sol.”
“En lenguaje científico, el meteorito es justamente esa partícula, pero cuando los meteoritos tienen una masa suficiente para llegar al suelo sin ser volatilizados, reciben el nombre de bólidos o aerolitos. Las velocidades de esos meteoritos son del orden de 25 a 75 kilómetros por segundo, pero felizmente nuestra atmósfera nos protege de esos proyectiles y la mayoría son consumidos antes de alcanzar nuestro suelo. Por otra parte, el número disminuye muy rápidamente mientras que su masa aumenta. Así, por ejemplo, las estadísticas muestran que un meteorito de dos centigramos no alcanzará jamás una superficie dada de 100 metros cuadrados más que una sola vez en 2.000 años.”
“Ese problema, expuesto en nuestras primeras obras escritas hace una decena de años, está ahora a la orden del día, ya que la astronáutica pasa a su fase práctica y se calculan ya todas las condiciones en las cuales los astronautas deberán viajar en los espacios interplanetarios… Precisemos que las condiciones cambiarán de una manera progresiva mientras se abandona la Tierra para penetrar propiamente en el espacio interestelar.”
“Evidentemente, hay mucho espacio entre los planetas, lo cual es un hecho feliz, ya que además de los planetas existe una multitud de objetos peligrosos para los astronautas. Así, por ejemplo, los especialistas han estimado que los proyectiles cuya masa alcance apenas dos centigramos, son capaces, a causa de su velocidad, de atravesar una placa de acero de un centímetro de espesor. Alrededor del Sol circulan al menos 1.500 cometas y un número sin duda 20 veces más grande de asteroides (pequeños planetas) cuyas dimensiones varían de unas centenas de metros a centenas de kilómetros… Todo esto, por supuesto, sin contar los astros y sus satélites, así como un número incalculable de meteoritos.”
Por otra parte ofrece algunas deducciones científicas en base al paso de un “PLANETA-COMETA” que causó pánico en febrero de 1962:
“Un extraño cuerpo celeste que se aproxima a nosotros a gran velocidad. Este astro que se puede considerar como un planeta-cometa, viene en desacuerdo con las leyes gravitacionales de la mecánica celeste. En efecto, viene a entrar a la parte brillante donde le iluminará el Sol cerca de la órbita de Júpiter.”
“Se le podría detectar en el Hemisferio Sur, cerca de la nebulosa mayor de Magallanes, lamentablemente sus movimientos son tan complicados que no es posible predecir lo que pasará. Este cuerpo que viaja en órbita elíptica y parabólica, se desplaza a razón de cerca de 80 kilómetros por segundo y debería pasar a 58 millones de Kms. de la Tierra. Esta nueva masa producirá seguramente, perturbaciones y además podría alterar el campo magnético de los Polos y hasta producir tempestades magnéticas y desórdenes en las radiocomunicaciones de onda corta.”
Meses después el autor anotaba: “La tempestades que había anunciado se verificaron tanto en EE. UU. Como en los otros continentes, donde los mares se revolcaron hasta producir grandes marejadas en las ciudades vecinas a las playas. La furia de los océanos con su consecuencia de pérdidas numerosas de barcos, son hechos concretos de la influencia planetaria descrita en mi artículo, que habló también de perturbaciones con alteraciones de los campos magnéticos. Hemos visto tierras que desaparecieron y otros fenómenos volcánicos. Asimismo en algunas partes se anunciaron cosas raras como cambios geológicos, acontecimientos bruscos en el aspecto climatológico, inundaciones, fríos intensos, huracanes, montañas que se destacaron, volcanes submarinos, etc. No es necesario hacer más comentarios sobre todas las catástrofes que tomaron lugar en el mes de febrero (mi artículo fue escrito a comienzos de enero y apareció en Francia y otros países el 25, 26 y 27 de enero).”
En fin, mis Cartas Circulares serán siempre los testigos en el futuro de tales hechos anunciados con antelación. Personalmente dejo a los demás meditar sobre tales acontecimientos.”
Y finalmente: “Estoy feliz porque mi artículo sobre “EL FIN DE MUNDO” pudo aplacar un poco la ansiedad general. He recibido muchas cartas de agradecimiento por haber dado mi punto de vista para la cuestión…”

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