Y así nuestra selección pasa a la próxima fase, con un resultado inesperado, aunque, como me decía antes del partido un amigo, nunca temimos a Bolivia como en el presente. Como lo dije, que gane una selección, no significa que hayamos ganado en índices de desarrollo humano ni que se hayan eliminado las brechas de pobreza. Es apenas un grato, gratísimo momento, que muchos aprovechan para celebrar.
Pero qué lindo jugó Perú ayer. Con solvencia atrás y capacidad adelante. No obstante, hemos jugado (y eso hay que decirlo), con una de las peores selecciones de Latinoamérica, por lo que tampoco hay que exagerar.
Así que tampoco creamos que estamos en el mundial, ni que somos de las mejores selecciones del continente, aunque se nos dice que estamos entre los cuatro mejores. En el fútbol, como en nuestra realidad hay cosas más importantes por las que hay que trabajar. Por ejemplo EDUCACIÓN, CULTURA, PAZ y AMOR POR LO NUESTRO.
Mientras tanto celebremos, pero tampoco endiosemos a nadie y menos aun permitamos que se endiosen nuestros jugadores que querrán que por esta victoria se premie sus embriagueces. Eso déjenlo para los hinchas…