El presidente Castillo hace mención de un proyecto que fue remitido al legislativo para su aprobación respectiva, cuyo tenor de fondo es que ningún candidato que tiene procesos judiciales pendientes participe en las elecciones municipales y regionales del próximo 10 de octubre.
Sabemos cómo se tejen las acciones en este Congreso. Todo lo que castiga al delincuente y en este caso al candidato particular, empiezan a cantar en coro todas las bancadas más representativas, empiezan a darse las manos, empiezan a hablar un solo lenguaje para que todos al mismo tiempo terminen celebrando pactos de impunida
Esto sucedió la semana pasada de la manera más descarada, el fujimorismo, la derecha y la ultraderecha no hubieran alcanzado votos para que elijan 7 fichas manipulables que deben estar determinando decisiones jurídicas en los próximos meses y años a favor de la delincuencia y la corrupción desde el Tribunal Constitucional; sin los votos de Perú Libre no se hubiera hecho realidad este atentado contra la justicia a favor de la corrupción y la criminalidad.
LA MAFIA POLÍTICA SEPULTÓ
LA FE DE LOS CIUDADANOS
Sabido es que Keiko Fujimori y Cerrón son una misma realidad, es decir ambos tienen procesos judiciales pendientes que debe ser determinado más adelante, esto si hay jueces probos intachables (que los hay, por cierto), que no se dejan arrastrar, ni mucho menos presionar a favor de la impunidad. ces, candidatos que fueron elegidos para magistrados a trabajar en el Tribunal Constitucional, son gente comprobada que tienen la inclinación al fujimorismo y a la ultraderecha, como regla lógica desde ya tendrán la inclinación a favor de la impunidad, y como maldición contra la justicia, el Perú en cuanto al sistema de castigo y sentencias judiciales contra principales líderes políticos del país, terminará en el tacho de basura y los millones de peruanos seguiremos burlados y estafados por parte de un sistema judicial que en vez de castigar al corrupto, criminal y mafioso, los premia, insultando la buena fe y buena conciencia de millones de peruanos.
El fujimorismo no se acabará en el Perú mientras haya ciudadanos que no tomen conciencia política de nuestra caótica realidad y no se acabará tampoco, mientras haya jueces desde todos los órganos judiciales que se dejan presionar por la mafia y ensucian su carrera jurídica por un par de millones que siempre se acabará, pero lo que no podrían resarcir es el gran daño que hacen a la actual coyuntura política y a la nueva generación que poco o nada le importa la política.
No le importa precisamente porque los mafiosos que negociaron y negocian con la política le ensucian a esta atractiva carrera de la vida social, desde entonces la juventud le pone a un lado a la política porque sabe que personal y socialmente no le depara ningún destino esperanzador.
Esto no se hará realidad, mientras no se quite de raíces al problema: la corrupción y su larga lista de estrategias de mafia. Se podría entender que el inicio de este camino es la discusión y aprobación del proyecto presentado por el ejecutivo, es decir que se apruebe una ley donde ningún ciudadano debería participar en ninguna elección mientras no resuelva su situación judicial. Ya sabemos los grandes intereses que se juegan en el legislativo, hay mucha duda que lo aprueben.
Tampoco puede terminarse esta mafia de seleccionar candidatos para magistrados en el Tribunal Constitucional, si primero no se le quita esta competencia manipulable de los congresistas de buscar futuros tribunos para futuras defensas de ellos mismos o de sus allegados, es decir, jamás podrían ser juez y parte. Esta competencia de elección a futuros magistrados en el TC debería ser elegidos por mandato popular previa investigación y conocimiento de la hoja de vida y trayectoria intachable en la carrera de cada uno de ellos.