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viernes, abril 19, 2024

PAGAR CON CÁRCEL Y POR LA CÁRCEL

Un reo penitenciario en Perú genera un gasto aproximado de 900 a 1000 soles al mes, como hace mención el ex Viceministro de Justica Alex Rueda (2020), y siendo austeros sería un poco más de 10 mil soles al año por cada interno, y si consideramos el informe estadístico del INPE-octubre 2021, son 87,466 internos en centros penitenciarios, entre procesados y sentenciados, que nos genera una cifrar cercana a 90 millones de soles MENSUALES de gasto, motivo que el estado provee comida, servicios básicos, atención médica, entre otros, por obligaciones internacionales en materia de Derechos humanos, lo que significa cerca de 1 billón de soles anuales. Como lo que gasta el Estado peruano en agua y alcantarillado en un año, en un país donde más o menos la mitad de la población no tiene acceso a servicios de agua y saneamiento.

Esto resulta un presupuesto enorme, que se sostiene en la búsqueda de proteger un bien mayor como la paz social, retribuyéndose con la esperanza que el preso pague justamente por un delito cometido, resarcir su culpa y reinsertarse en la sociedad. Aunque siendo realistas el encierro no es garantía absoluta de que aquello sea posible de conseguir, es decir solo se priva de libertad por un determinado tiempo, quitas de las calles a un ente negativo y ruegas que sienta y aprenda, pero posterior a ello no hay un seguimiento. Entonces surge preguntarse, ¿El estado CRÍA a los presos para proteger la paz social?

Sumado a este conflicto nos encontramos con una sobrepoblación crítica carcelaria (hacinamiento), porque tenemos un excedente carcelario de 46,343 internos que representan el 113% de capacidad, con referencia a los 69 establecimientos penitenciarios existentes. De acuerdo a estadísticas del INPE, más o menos un cuarto de los presos (25%) ingresa más de una vez a un penal. Lo que resalta tristemente que algo no esta funcionando como se busca; hay aumento carcelario nuevo, reingreso y algunos aun cumpliendo condenas largas. Consecuentemente produce mayores pérdidas económicas para el estado.

Hay muchos puntos que tomar en cuenta respecto a nuestra realidad penitenciaria, pero quiero enfatizar sobre el gasto que genera al país; me resulta razonable hablar de alternativas que merme el nivel de interés económico anual, como por ejemplo una iniciativa progresista reinsertiva, que es ejecutada por diferentes países que no difieren de nuestra realidad social; esta empieza con brindar responsabilidad de cumplimiento obligatorio (un pago) y trabajo digno. La clave estaría que el interno realice un aporte económico diario, es decir pagar por vivir en la cárcel, una idea pudiese ser unos 5 soles o más o menos, que incluiría todo lo que ya posee, alimentos, servicios básicos, salud, educación, techo, etc, y alternativamente sumar la indemnización. Si comparamos lo que un estudiante universitario paga por 3 comidas, con bolsa de apoyo de su institución, es un presupuesto similar de 5 soles.

Entonces ejecutando esta iniciativa se ahorraría más de 13 millones de soles mensuales (considerando solo 5 soles por reo), Este pago acumulativo por estancia se podría cobrar con la ejecución de mecanismos bien pensados, considerando su condición delictiva, económica y física. Pudiese ser en efectivo a través del banco, o trabajos debidamente monetizados por horas, con mano de obra carcelaria en proyectos estatales, trabajos privados o carcelarios, o estando libre pagar con trabajo comunitario, entre otras posibles opciones que ayuden con el cumplimiento del pago, sin perjuicio para su reinserción social, porque nada dignifica más al hombre, que el trabajo.

El ahorro pudiésemos invertirlo disminuyendo el hacinamiento penitenciario, mejores programas obligatorios de reinserción y buen seguimiento al ex carcelario.

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