Las autoridades peruanas se ahogan en situaciones domésticas dejando los problemas de fondo como última alternativa; no hay una sola bancada en este Congreso donde se pongan de acuerdo por unanimidad contra la delincuencia.
0jo, no solo contra los delincuentes en las calles que roban, matan, asaltan, secuestran, acosan y violan. Estos desde el momento que cometen su malévola acción criminal, ya confesaron sus delitos, no necesitan prisión preventiva de 9 largos meses. No necesitan previas investigaciones para hacerle hablar al delincuente y darle una sentencia respectiva.
El fondo del asunto adonde voy es, que nuestros legisladores nunca llegan al consenso contra la delincuencia de cuello y corbata; contra los cuestionados administradores de justicia; contra los mafiosos operadores políticos.
Si en el país se ejecutarían sanciones ejemplares, tuviéramos un territorio libre de toda mafia infiltrada en nuestro propio sistema social, judicial y político; tuviéramos una sociedad libre de toda sospecha y malicia. Probablemente nuestra única agenda de nuestro país sería cómo salir de la pobreza y del subdesarrollo donde estamos estancados y no viviéramos en total inseguridad, donde la delincuencia tomó ya por asalto muchas localidades del país.
BUKELE, EJEMPLO DE SANCIONES CONTRA EL CRIMEN
En algunos aspectos siempre es bueno seguir el ejemplo de algún jefe de Estado de otro país; seguir el ejemplo de su mismo sistema legislativo. Le comparto cómo la prensa internacional describe al presidente salvadoreño:
“El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, llamó este jueves (31.03.2022) a padres de familia a que adviertan a sus hijos adolescentes de que entrar en las pandillas los llevará a «la cárcel o la muerte», un día después de que el Congreso quintuplicó la pena máxima de prisión por pertenecer a esos grupos.
«A los padres de familia. -les decía-, Muéstrenles este video (de pandilleros encarcelados) a sus hijos adolescentes, explíquenles que entrar a la pandilla solo tiene 2 salidas: la cárcel o la muerte», indicó el mandatario en Twitter.
Bukele publicó en Twitter un vídeo en el que se muestran las duras condiciones de encierro que tienen actualmente los pandilleros en prisión, en el marco del estado de excepción aprobado el domingo por el Congreso a pedido del mandatario y que regirá por un mes para frenar la violencia de esas bandas consideradas «terroristas».”
Pregunto: ¿podría hacer esto el jefe de Estado, Pedro Castillo? ¿podrían hacer esto los actuales legisladores? ¿podría limpiarse totalmente las instancias judiciales y a raíz de esto que empiece el desfile de las sanciones ejemplares?
Entonces las discusiones de que sí o no por la cadena perpetua; de que sí o no por la castración química; de que si o no por la castración quirúrgica; de que si o no por la pena de muerte, entrarían al escenario firme de las decisiones.
Las dos primeras discusiones al Estado le cuestan millones de soles. Hay un costo económico bastante alto mantener presos en las cárceles; le cuesta a cada ciudadano honrado que mensualmente paga sus impuestos. La castración química, lo mismo, demanda la atención médica permanente por las dosis de hormonas femeninas que recibiera el delincuente.
Quedando las dos únicas opciones: castración quirúrgica o simplemente la pena de muerte. Con la castración quirúrgica, el delincuente va a seguir viviendo, pero ya vivirá incompleto. Para algunos entendidos, ninguna de las castraciones es correcta y adecuada su aplicación; pero, por lo menos la sociedad viviera libre de estos tipos de delincuentes que perdieron el sentido por la vida propia y ajena.
Queda entonces como única opción la pena de muerte. Para hacerse realidad, debe ser previo retiro de la instancia jurídica de San José. Que es un largo proceso de parte del gobierno; luego de hacerse realidad esto, empezarían a desfilar una larga lista de valores beaticos y bíblicos como la gran demanda de que no “quitarás la vida a nadie”. El delincuente no piensa en esta prohibición un solo segundo cuando viola y mata.
Fuera de todas estas penas capitales o sentencias jurídicas fatales, en los hogares humildes y refinados, debemos empezar a sentir y a vivir la vida de una manera ontológica; tener una sociedad con aptitudes y costumbres ontológicas; hábitos con acciones ontológicas, entonces, siendo esto también un largo proceso de formación desde el hogar y las instituciones educativas, el ser humano si algo de auto justicia contra sí tuviera, por lo menos, estaría matándose solo o sola y no atentaría la vida de nadie, más que a su propia vida.