Si hay una familia tarapotina que ha tenido la imagen de contar con prestigiosos hombres de negocios, ellos son los hermanos Jorge, Roberto y Ulises Chong Dávila. Y comenzaron de cero; es decir, de la nada y al costo del esfuerzo, voluntad y disciplina que les supo inculcar su padre, don José Chong Li (Cantón, China), quien, al llegar a estas tierras se casaría con Delia Dávila García, de Morales, en donde sentarían sus reales y desde donde comenzarían su despegue para ser empresarios exitosos.
A sus 93 años, Roberto Chong Dávila (17.04.1929) no oculta su emoción cuando nos relata a Los Wiwaneros, la historia de la vida de empresarios de la familia donde Jorge, el hermano mayor, siempre asumió el liderazgo cuando constituyeron sus empresas, desde la incipiente actividad de vender alfeñiques, establecer una ladrillera (1942), ser comerciantes y matarifes de cerdos (1945), cuyos animales traían desde San José de Sisa en piaras que se componían hasta de cuarenta puercos y cruzando el río Mayo a la altura de Cuñumbuqui. Sorprendió encontrarnos que, a su edad, don Roberto conserve esa lucidez y un buen criterio para juzgar las cosas. Y su buen humor nos contagia a todos.
La vida de los Chong Dávila es ejemplo de unión de familia y emprendimiento por lo que se convirtieron en paradigmas en esta región. Cuando estaban en el negocio
de matarifes llegaron a comercializar y llevar a Iquitos hasta más de 200 latas de manteca de cerdo en cada viaje en travesías por balsa. Siendo ya exitosos en esta actividad, el siguiente paso fue organizar lo que sería Panadería América (1948), teniendo sucursales en Juanjui (1960), Moyobamba (1961) y Yurimaguas. Al trasladar el negocio de la panadería a Tarapoto, se queda al frente de esa actividad don Felipe Yap, que lo convierte en la Panadería “El Pueblo”. En 1947 le compran su negocio a Humberto del Águila Saavedra y lo convierten en el Hotel América.
El carácter bonachón, franco y sincero de don Roberto también nos descubre sus sentimientos y da la justificación para hacerle unas bromas, que acepta. Contraería matrimonio con Gilma Flores Pezo con quien tuvo a sus hijos Darwin, José Roberto, Ricardo, Juan Carlos, Luis, Ernesto, Luz Marina, Jorge y Edwin, siendo también sus descendientes: Marta, Floydecith, Nelly, William, Daniel y Carmina. Y lo más gracioso: no oculta su satisfacción para confesar que fue el más mozandero de los hermanos. “A mí nadie me igualaba en esta habilidad”, nos dice, mientras José Roberto solo sonríe. Y declara también ser hoy un gran wiwanero, como en sus buenos tiempos.
Siempre juntos, Jorge, Roberto y Ulises forman en 1965 la firma “Jorge Chong y Hnos. S.A”, siendo representantes exclusivos de la marca Ford. Y al escucharle a don Roberto podemos descubrir que la unión familiar siempre se mantuvo. Posteriormente, los hermanos, con varios hijos todos ellos, se diversifican con sus propios negocios y los herederos toman la posta. Cuando menciona a sus hermanos, ya fallecidos, se siente la ternura de sus
sentimientos hacia ellos. Casi al terminar la visita, nos pide que volvamos a visitarle porque dice tener muchas cosas más que contarnos. Y le prometemos volver. (Comunicando Bosque y Cultura).