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jueves, marzo 28, 2024

Científicos describen a la variante ómicron, como la peor variante desde el inicio de la pandemia

Qué sabemos de la nueva variante de COVID detectada en Sudáfrica 

La nueva variante presenta una atípica y preocupante combinación de mutaciones que, según los científicos, podría hacer más contagioso al virus y ayudarle a evadir la respuesta inmunitaria del organismo.  

¿Qué es la nueva variante y por qué es preocupante? 

Los científicos han detectado una nueva variante de la COVID-19 llamada B.1.1.529 y están trabajando para comprender sus posibles implicaciones. Hay unos 50 casos confirmados en Sudáfrica, Hong Kong y Botsuana. La Organización Mundial de la Salud ha decidido identificar la variante como «ómicron». 

La variante B.1.1.529 presenta una atípica y preocupante combinación de mutaciones que, según los científicos, podría hacer más contagioso el virus y ayudarle a evadir la respuesta inmunitaria del organismo. Cualquier nueva variante capaz de eludir la protección de las vacunas o de propagarse más rápidamente que la variante delta, predominante en este momento, podría amenazar gravemente la salida mundial de la pandemia. 

La Organización Mundial de la Salud se reunió ayer viernes para evaluar esta nueva variante y anunció que se trata de «una variante preocupante» (en contraste con la variante «de interés», un grado anterior de alerta).  

La Unión Europea considera que ómicron tiene un riesgo «alto o muy alto».  

El Centro de Prevención de Enfermedades de la UE sostiene en su informe que «la variante ómicron es la variante más divergente que se ha detectado en cantidades significativas durante la pandemia hasta el momento, lo que genera preocupaciones de que pueda estar asociada con una mayor transmisibilidad, una reducción significativa en la efectividad de la vacuna y un mayor riesgo de reinfecciones». 

¿Cómo se compara con otras variantes? 

Científicos describen a omicron como la peor variante desde el inicio de la pandemia. Presenta 32 mutaciones en la proteína de la espícula, que a su vez es la parte del virus usada por la mayoría de las vacunas para entrenar al sistema inmunitario contra la COVID-19. Este número de mutaciones es aproximadamente el doble de las asociadas a la variante delta. Las mutaciones en esta proteína pueden afectar a la capacidad del virus para infectar células y propagarse, pero también dificultan que las células inmunitarias ataquen al patógeno. De hecho, la OMS ha reconocido que esta nueva variante puede suponer un mayor riesgo de infección y la ha clasificado como «variante de preocupación». 

¿Hay algo que hacer para protegerse? 

Sí. Si aún no lo ha hecho, el consejo sigue siendo vacunarse. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDE) ha recomendado tercera dosis para toda la población adulta, con especial atención a las personas a partir de 40 años, seis meses después de la segunda inyección. Fuente: elDiario.es 

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