“El símbolo lo acuñan los pueblos y traspasa la voluntad de los que quieren destruirlo porque mientras más lo destruyen más crece. Y la historia por su parte lo recoge y lo sostiene independientemente de su significado.”
Esta reveladora enseñanza del Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares, refleja magníficamente la realidad trascendental del Lema del Perú: “FIRME Y FELIZ POR LA UNIÓN” que, siendo parte del Símbolo Integral de la República Peruana (que anteayer ha celebrado su bicentenario) es por ello un elemento inalienable de su Identidad Esencial y Esencia Ontológica que debe aún ser REALIZADO más conscientemente en su Realidad Lógica o Identidad Real (demostración tangible con HECHOS históricos que sustenten ese Lema nacional, o como se dice frecuentemente: “tus actos te definen”) pese a las múltiples voluntades destructoras (Identidades de Cambio) que han querido impedir que el Perú cumpla, y han ALIENADO o desfigurado su Forma Aparente, alejándola de su identidad esencial y transformándola en una nación nada “firme y feliz por la unión” sino muchas veces inestable, infeliz y desunida.
Entonces, los CHISPAZOS de “firmeza y felicidad por la unión” que hemos tenido en estos dos siglos, deben convertirse YA más consciente y colectivamente en una LLAMA PERPETUA que nos lleve alquímicamente, como en un Crístico Crisol, a FUNDIRNOS, transformando al Perú en ORO BRUÑIDO, luego de extraer la ESCORIA (corrupción, alienación, vacilación, desunión) de esa “fundición”. Solo así Perú también podrá realizar su Misión Trascendental que lleva en su nombre: “EL QUE GUÍA”, mostrando a las demás naciones el camino a su propia firmeza y felicidad, consecuencias de la UNIÓN (Yoga= identificación, ligazón, lazo).
Este Lema Nacional aparece por primera vez en la moneda de oro de 8 escudos en 1826 y en la de plata de 8 reales en 1825. El Congreso Constituyente estableció el diseño del tipo de las monedas de oro y plata mediante resolución legislativa del 25 de febrero de 1825.
De él refieren entre otros, dos ilustres peruanos como Rafael Larco Herrera (1946):
“Firme y feliz por la unión”, el bello lema de nuestra patria, unido al “E pluribus unum” (“de muchos, uno”) de los norteamericanos (…) podían constituir la divisa fundamental de la nueva era de confraternidad del mundo de Colón”.
Y Sebastián Salazar Bondy (1956):
“Así se retornará a la legitima comunidad, esa que esta levantada sólidamente sobre las bases de la reciproca admiración sin rencores ni escisiones, tal como destella el símbolo peruano “Firme y feliz por la unión”.
Estas sabias reflexiones evocan intuitivamente hechos universales como la Nueva Era de Aquarius (“Nueva Era de confraternidad” de Rafael Larco y la “Legítima Comunidad” de Salazar Bondy a la cual accederemos CUANDO REALICEMOS “LA RECÍPROCA ADMIRACIÓN SIN RENCORES NI ESCISIONES”).
Por ello debemos superar de una vez por todas el racismo y los resentimientos que nos alienan. TANTO DE UN LADO COMO DEL OTRO, comprendiendo que SER PERUANO es realmente tener algo (racial y culturalmente) de aborigen Y DE europeo, japonés, chino, negro, judío, etc. es decir MESTIZO. Por lo tanto, NO NOS LLEVARÁ A NADA POSITIVO querer regresar totalmente al Tahuantinsuyo, RENEGANDO de nuestra herencia europea Y VICEVERSA… SOLO LA UNIÓN NOS LLEVARÁ A LA FIRMEZA y a la FELICIDAD porque solo RECONCILIÁNDONOS interior y exteriormente (tanto en cada persona como colectivamente) seremos fuertes, seguros de nosotros mismos, autoafirmados, y así llegaremos a la SERENIDAD: la Verdadera Felicidad, la PAZ, aquel ESTADO INDISPENSABLE PARA CUMPLIR NUESTRA MISIÓN.
Ello me recuerda una frase trascendental (Paramita) del Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière que demarca un IDEAL del hombre en la Nueva Era: “Ser recto y firme en sus aspiraciones: no un santo, sino un HOMBRE.”
A lo que agrega el Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares:
“(…) no es tal cosa [santidad] exactamente lo que necesita la humanidad en sus aspiraciones, sino hombres cabales, hombres totales, hombres integrales, hombres universales.”
Asimismo, la UNIÓN (interior y exterior) nos llevará a cumplir con la indicación a la FIRMEZA de Pablo Apóstol:
“Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera (…)”
Lamentablemente esos rencores, graves complejos y traumas sociológicos aún persisten. A este respecto son muy dicientes las tristes realidades descritas por el historiador neerlandés Ronald Elward Haagsma quien ha reportado asombrosamente (“Los Incas Republicanos”) a muchas familias descendientes directos de la nobleza inca, señalando apenado e indignado:
“Varios descendientes que entrevisté hablaban de las burlas sobre sus apellidos cuando iban al colegio en Cusco y la discriminación en muchos niveles. ¡Imagínate que en Cusco un apellido español o de otro origen europeo es mejor visto que un apellido inca o indígena!”
Será una tarea difícil, pero los Senderos ya están trazados y solo necesitan ser seguidos. Por ejemplo, aquello que señala el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière indicando la indispensable necesidad de mayor y mejor
RAZONAMIENTO PURO:
“Nunca he visto división en las Agrupaciones de la India (país místico), nunca he visto tal cosa tampoco en Australia (país típicamente intelectualizado), la razón es muy sencilla: son comarcas realmente espirituales en el sentido en que hacen trabajar su Espíritu y no sus pasiones. América Latina es ahora el epicentro donde se va a desarrollar la Nueva Era y sus representaciones manifestadas, Y, SIN EMBARGO, ES AQUÍ DONDE SE PUEDE VERIFICAR EL MENOR GRADO DE RAZONAMIENTO PURO (debido quizá a la época de transición en que estamos) …”
¡Unido y Feliz Bicentenario!