27.8 C
Tarapoto
viernes, abril 19, 2024

«En el Bicentenario, celebremos, reflexionemos»

Reflexión profunda sobre nuestra República y las tareas inconclusas de ser firmes por la unión, para terminar con los remanentes del racismo, culminar con la violencia a las mujeres, acabar con el maltrato a los niños, concluir con el desdén por los adultos mayores, y finalizar con las suspicacias que dividen a todos.

Reflexión en el pensamiento y darnos cuenta que tenemos el dolor de la pandemia, la tarea de la reactivación todos los avances tecnológicos van a permitir que el Perú se una más rápidamente de lo que jamás pudo unirse.

En VOCES es nuestra voz en estas celebraciones en nuestra región para trabajar, para superar las fracturas y abismos a fin de prepararnos para una tercera iniciación de otro ciclo de independencia todos juntos.

El Bicentenario, más que un hito histórico, es para esta juventud el contexto propicio para reflexionar e imaginar el país que soñamos: un Perú donde, se cumpla “la promesa de la vida republicana” –recordando a Jorge Basadre Grohamann, es decir, una nación unida, inclusiva, convencida de que su diversidad cultural es un activo valioso, que cree en un desarrollo verdaderamente sostenible, en la cual prime la justicia, la igualdad, sin corrupción, y consciente de sus fortalezas y potencialidades.

Nuestro ilustre historiador también nos hace una precisión importante en este contexto: “En la independencia nace el Estado, no el Perú”. Por tanto, es necesario recordar y tener presente nuestras raíces y especialmente los valores que se vivían en la sociedad previa a la independencia.

¿Qué futuro nos espera como familia?

Un hecho significativo de nuestros antepasados son las normas esenciales que orientaban el pensamiento y la conducta de las personas. La propuesta ética del imperio incaico resume los principios y valores que movilizan a las personas a una acción concertada y eficaz. En términos positivos podríamos decir hoy para nuestro Perú: Sé honesto, veraz, trabajador, justo, fraterno, tolerante, amable y solidario. Sólo así renovaremos la confianza en los otros para hacer de la sociedad peruana un “nosotros”

Aprender de la historia, “maestra de la vida”

En los inicios de la república, el sueño de unidad, libertad e independencia fue desdibujándose paulatinamente. Con el paso de los años aparecieron signos de corrupción y de aprovechamiento político, olvidándose de los pobres y de aquellas comunidades amazónicas, andinas y periféricas de nuestras ciudades como sucede hasta hoy.

Una enseñanza clara y efectiva. La cultura del encuentro nos hermana en el respeto a los otros y en la participación de propuestas en beneficio del bien común. Bajo esa mirada, los sanmartinenses, que somos partes de pluricultural es imperioso aceptarnos y entendernos como una región de “todas las sangres” solo así y juntos trabajar por el desarrollo humano integral de todas las personas, con énfasis en los pobres y excluidos de la Amazonía.

Educación en principios y valores

Los principios nos hablan de unas normas o ideas fundamentales que orientan el pensamiento y la conducta de las personas en cualquier ámbito de la vida. Estamos hablando, por tanto, de la ética tan necesaria para la vida en sociedad. “La tarea educativa, el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana más integralmente, de tal modo que sea la misma sociedad la que reaccione ante sus necesidades de los abusos de los poderes económicos, políticos o mediáticos”

En el Perú del Bicentenario experimentamos un desánimo casi generalizado por la crisis sanitaria, política y económica. Crece la desconfianza en las personas e instituciones. Pues aquí cabe la reflexión: “La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo”

Diálogo para sembrar confianza

Nuestro gran desafío es ejercitarnos en un diálogo respetuoso, sincero, tolerante y decidido para actuar articuladamente. Este diálogo social es un proceso de “acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo eso se resume en el verbo “dialogar”

Este proceso dinámico y desafiante, es la oportunidad de las y los jóvenes peruanos de cumplir los ideales con los que nació nuestra independencia hace casi doscientos años. Es nuestro deseo que la generación del Bicentenario continúe involucrándose cada vez más en lo público para que juntos, con su convicción y energía, podamos devolver la confianza y la esperanza al Perú.

Fuente de consulta: La Historia de la República del Perú 1822-1933, obra del historiador Jorge Basadre, que abarca la Historia del Perú desde 1822 hasta 1,933. Considerada una de las principales obras de historiografía peruana del siglo XX.

Artículo anterior
Artículo siguiente

Artículos relacionados

Mantente Conectado

34,536FansMe gusta
264SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

Últimos artículos