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miércoles, abril 24, 2024

¿Miel o hiel?

A veces el príncipe azul se convierte en un monstruo depredador. Las espadas con las que debería luchar para proteger a su amada contra todo mal, son reemplazadas por sus puños, que terminan por destruir su cuerpo, sus sueños y hasta su vida.

Seguimos lidiando con el peor enemigo, la violencia oculta en el espejismo del amor, aquel que llega y toca tu puerta a las cuatro de la mañana y que te somete a agresión física y sexual, mientras que en el otro lado de la habitación duermen tus hijos creyendo que papá ama a mamá.

Hace unos días acaparó la atención de los medios de comunicación y de la población peruana el caso de una empresaria cubana, quien denunció al padre de sus hijos, el conocido cantante cumbiambero Jhon Kelvin, quien no solo la ultrajo sino que le desfiguró el rostro de su aún esposa y madre de sus hijos, a pesar de tener una orden de restricción.

Muchos dirán «Es cortina de humo», «La farándula quiere llamar la atención» y cosas así, sin embargo, este nuevo caso de violencia que pudo terminar en feminicidio nos hace darnos cuenta que nada cambió, que todo sigue igual, como si las autoridades tratarán de esconder la basura debajo de la alfombra.

Según información del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, la violencia contra la mujer ha aumentado 130% en el Perú durante el 2020 y a la fecha se han registrado 68 feminicidios. Es por este motivo que el caso mediático del cumbiambero pegalon, viene dejando esperanza en tantas mujeres violentadas que buscan que el Estado las respalde y así no convertirse en una cifra más de muerte.

Incluso la ministra Silvia Loli señaló que «La violencia está asociada a una acción de poder”, tal como revela la pericia psicológica Jhon Kelvin, a quien describen como alguien con rasgos de personalidad histriónica – narcisista, además de evidenciar indicadores de agresividad verbal con reactividad física. ¡Toda una joyita! por la que tantas jovencitas suspiran y darían la vida.

El psicólogo Manuel Saravia, indicó que la persona violenta se maneja bien públicamente, es por este motivo que muchos de los protagonistas de escándalos y agresiones son figuras públicas, entre actores y cantantes, quienes tendrían la necesidad de control por sentirse inferiores y al estar llenos de poder se creen únicos e inalcanzables.

Recordemos que la violencia presenta un ciclo repetitivo, en donde el agresor golpea y humilla a su pareja, luego viene la fase del arrepentimiento, en donde pide disculpas, luego aparece la luna de miel y se repite el ciclo y así se vuelve una relación adictiva o tóxica cómo muchos la conocemos.

Los agresores suelen hacerse las víctimas, «Perdón, no sé qué me pasó, sin ti me muero», «Me voy a matar», «No me dejes, cambiaré, te lo juro», hacen todo un show luego de la golpiza propinada a sus víctimas, lloran y piden disculpas, creyendo que por arte de magia todo el dolor causado se esfumará.

En tiempos de pandemia en el que todo el estrés se apoderó del mundo entero, es momento de estar alertas, de reconocer las señales que nos indican que él o ella en el fondo están cargados de violencia y que podrían ser nuestros peores verdugos.

Estamos a tiempo de evitar que el amor se desarrolle dentro de un ring de boxeo o que termine por ser enterrado en una tumba junto con nuestros restos mortales.

Si eres víctima de violencia o conoces que alguien lo es, no dudes en llamar a la línea 100, chat 100 o acercarte a algún Centro de Emergencia Mujer en tu localidad, esto de verdad genera un cambio para erradicar la violencia. Además, ya se implementó botón de pánico virtual para auxiliar a mujeres víctimas de violencia. ¡Esto es fantástico!

Si te van a poner la mano encima que sea para darte amor y placer, no sigamos permitiendo que las cifras de feminicidio en el Perú sigan en aumento.

Que el único sabor que te dejen sea de miel…

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