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viernes, abril 19, 2024

Ramón Castilla, en Chazuta

Chazuta es una tierra privilegiada. Cuando Dios creó el mundo dijo: “A Chazuta voy a dotarla de sus cerros, sus llanuras y sus bosques, de su inmenso río, de sus abundantes quebradas y haré de ella un paraíso”. Porque en Chazuta podemos aún disfrutar de sus horizontes llenos de un verdor esplendoroso, a contracorriente de lo que es el valle del Sisa, casi totalmente deforestado y destruido.

De los innumerables poblados de Chazuta, todos ellos ubicados a lo largo del río Huallaga, a Ramón Castilla le tengo un afecto especial, pues parte de mi niñez lo pasé en el fundo, vecino al pueblo, de mis tíos Ramón Bartra Saavedra y Rosario Arévalo Tenazoa, que se ubica en uno de los brazos del río y que le ha conferido un encanto especial; alrededor del pueblo discurre la quebrada de Sachapapa, que viene desde las estribaciones de la Cordillera Azul y riega una pampa, en otros tiempos casi un coto de caza, donde boqueaban las escopetas para cazar al venado, al sajino, al puma amarillo y al delicioso paujíl.

Según doña Josefina Shapiama Tananta, ilustre dama residente en Aguanomuyuna, el pueblo tuvo sus orígenes en los años cuarenta cuando se establecen en el lugar las familias Shapiama, Andoa y Sajamí y, ya recientemente, los Taricuarima. Según nuestras fuentes, don Felipe Apagüeño Jumachi fue el primer poblador en tener un fundo y de ahí se convertiría en caserío. Hasta el año de 1973 mantuvo su nombre original de Sachapapa cuando, por iniciativa de Ángel Shapiama Jumachi, quien había servido en el ejército en la guarnición militar Mariscal Castilla, en la frontera con el Brasil, se cambia de nombre al actual. Cuando se crea la escuela su primer maestro fue don Javier Mosquera Reátegui y funcionó en el local de la “Asociación de trabajadores Choba-Choba”, conocidos también como “Los Piñacunchis”.

De todos los pueblos del distrito de Chazuta, Ramón Castilla es el centro poblado de mejor ordenamiento urbanístico. Antaño transitaban por el lugar, los Bartra, don Artemio Ríos Ríos (Cuñumbuqui) y como lo hacen sus descendientes ahora, los Mori Villanueva. Don Amadeo Sangama se perdía en sus bosques, allá por la década de los cincuenta, para trabajar la shiringa en donde confeccionaba esos famosos enjebados que se usaban en los viajes por la Amazonía. Y Ramón Castilla no fue ajeno al boom del barbasco. La explotación de este cultivo atrajo a Chazuta a mucha gente que, al terminar el periodo de bonanza, terminaron afincándose en el pueblo y se integraron a la comunidad chazutina.

Un caso singular se presenta frente a Ramón Castilla, y es que la isla que separa los dos brazos del río, es propiedad de un solo habitante. Y me refiero a Manuel Arévalo Zumba, mi primo hermano e hijo de Julio Tito Arévalo Tenazoa, quien reina en ella como si fuera un magnate y que me hace recordar a Aristóteles Onassis, el célebre armador y multimillonario griego, que era dueño de la isla Skorpios. Cualquiera no tiene este privilegio.

Visitar hace poco Ramón Castilla me sumió en la nostalgia de esos años transcurridos recordando mis correrías por el valle y por el inmenso pastizal del fundo ganadero de mis tíos Ramón y Rosario donde reinaba ese inmenso cebú hechor. Y la gente sigue igual como antes: gozando del río y de sus bosques. [Comunicando Bosque y Cultura].

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