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martes, abril 23, 2024

HOY ME TOCA

Han sido varios meses de espera y sinceramente, ya me había dado por vencida. Temor, ansiedad, éxtasis, todo un sinfín de sentimientos que ahora alborotan mi cabeza.

Estoy a punto de dejar que el antídoto ingrese a todo mi cuerpo. Me empiezo a acobardar, sin embargo, una fuerza dentro de mí, me pide a gritos tener paciencia y esperar que el dolor se vaya y todo haga efecto.

Las vacunas ayer, hoy y siempre, han sido una efectiva manera de poder combatir y prevenir enfermedades, en este caso en concreto, para poder luchar contra el Covid 19 que nos tiene con los pelos de punta, sobretodo si somos una población vulnerable.

En otras circunstancias estaría tranquila por una aplicada, una más, una menos, qué más da, pero el contexto no es el mismo y estoy en 8 meses de embarazo, situación que me llena de dudas y miedo.

Ayer después de recibir la llamada telefónica de confirmación a la inmunización, estuve tensa, buscando información en internet y consultando con mis doctores, los mismos que coincidían en que colocarme la vacuna era la decisión más acertada, salvo que podría tener complicaciones como el manifestar trombofilia, que en este caso no está presente.

Así que hoy me levanté con menos miedo y más ganas de darle dosis de inmunidad a mi pequeño y así, estoy en camino a mi primera inoculación. Tengo sudoración en las manos, pero el nerviosismo es parte del proceso.

Esta experiencia me deja muchas enseñanzas, una de ellas, el valorar la salud, porque sin eso, no somos nada, sin embargo, en las calles aún podemos observar personas inconscientes y desafiantes que coquetean a la muerte.

Estamos entrando a la tercera ola de ésta pandemia y cada vez todo resulta ser más agresivo, desde los síntomas y complicaciones, hasta la sensatez de las personas. ¿Qué nos falta pasar para entender la magnitud de este virus?

Ya se ha vacunado a un número significativo de la población peruana, que en porcentajes sólo representa una pequeña parte del territorio. Personas con comorbilidades graves, entre enfermedades raras, síndromes y adultos mayores, pacientes que acuden a sus centros de inmunización con esperanza, poniéndose a disposición de un frasco con medicamento que puede hacer que el virus no lo termine matando.

Así estamos, la radiografía de pandemia no es alentadora, las cifras disminuyen, pero nunca son suficientes, porque se sanan algunos y otros entrar a ocupar esas camas de hospitalización por Covid.

Me alegro de estar dentro de estas listas de priorización en vacunación, ojalá y esto genere esa inmunidad o una parte de esa inmunidad que muchos, como yo, anhelamos.

Hoy me toca y todo saldrá bien, el resto es puro cuento…

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