Es increíble que esta mujer, Keiko Fujimori, rotundamente derrotada en las ánforas; rotundamente rechazada por el pueblo peruano; rotundamente salido fuera de los controles de un país como el nuestro que decimos ser democrático, haya tomado por asalto a los organismos electorales del país y buscar juntamente con su banda mafiosa mil maneras para aferrarse al poder.
Ningún peruano honesto y responsable puede darle la razón a esta mala candidata y desde ya mala política. Usted, señora Keiko, no es para la política, porque siempre buscó el lado fácil de ganarse la vida, viviendo una vida holgada sin saber lo que significa el trabajo sacrificado y honesto.
Usted creció en medio de la opulencia millonaria mal habida de su mal padre que precisamente está en la cárcel por corrupto y usted ansiosamente quiere llegar a palacio para cometer tantas tropelías como lo cometió cuando su grupo era mayoría en el Congreso el 2016, 2017 y 2018.
Abiertamente ya lo dijo, que quiere ver libre a su padre que vendió la mayoría de empresas públicas del país, cuyas utilidades si hubiesen sido para beneficio de la clase social del país, invertidas en políticas igualitarias y sobre todo invertida en los que menos tienen, con políticas para el desprendimiento de la educación y la salud, la historia de ustedes se hubiera ganado quizás un sitio de honor en el país; pero no, son la organización escoriática de la sociedad.
Si hubieran invertido los miles de millones de dólares que la dictadura de su padre se robaron, condenándole al Perú a una permanente zozobra, de seguro su padre no estaría en la cárcel y de seguro la gente entendiera al fujimorismo como una sana posibilidad, no como una descabellada organización de pretender apoderarse del poder desplazando mafiosamente a Pedro Castillo que la mayoría de países del mundo y la propia OEA dio su veredicto de que no existió en absoluto ningún tipo de fraude, como usted lo viene sosteniendo, apoyada en su pasión descabellada, sin ninguna prueba que certifique que tengan razón.
VARGAS LLOSA DE NOBEL
A PLEBEYO
Armar todo un aparato de demolición con 150 abogados que se prestaron para estas maniobras atentatorias al sistema democrático, es no solo escandaloso, sino también delictivo, por haber presionado al Jurado Nacional de Elecciones para que cambie las reglas de juego a último momento cuando veían que la noche tenebrosa de la derrota les iba llegando.
Y aún pretenden seguir apelando con más amenazas si el JNE al fin, con un noble gesto de justicia declara ganador de este proceso al maestro, Pedro Castillo Terrones. Más de la mitad del país votó por Pedro Castillo. El país profundo de la Sierra, el país profundo de los pueblos del sur; el país profundo de los pueblos de la selva, dijeron con su voto, ¡Basta ya carajo de tanta mafia impositiva de ustedes que practican un gran negocio como política mafiosa y corrupta!
Ciertamente hace años que los peruanos venimos pidiendo y exigiendo verdaderos cambios. Al diablo con esos términos de “comunismo”, de “terrorismo”; de una nueva “Venezuela”, de una nueva “Cuba”.
Esto lo sembraron y lo siguen sembrando la mafia de esa mala prensa y sus televisoras, que lo tienen como adormecimiento colectivo contra el país para sembrar odio y temor en la gente contra el candidato Castillo, y nunca dijeron nada de la dictadura criminal de su padre encarcelado y de los millones que se robaron dejándole al país en orfandad.
Mucho temor sembró usted señora Keiko, indicando que el candidato Castillo es igual a Cerrón. Ya lo dijo una abogada, que este señor Cerrón si piensa que utilizó a Castillo como abanderado para luego subirse él al carro, está totalmente equivocado. El voto mayoritario que recibió del país, “Perú Libre”, es por el candidato Castillo, que tiene bases sólidas en el magisterio.
Cerrón no pinta para nada en este cuadro que es el país, solo va a depender que ya Pedro Castillo Terrones, como jefe de Estado, se percuda de esta mala sombra y gobierne sin esa corriente amenazante del comunismo que el fujimorismo y las grandes mafias de la derecha le sembraron.
En fin, Mario Vargas Llosa, pasará a la historia como un personaje inconsecuente en la crítica y un personaje que se arrodilló ante la corrupción y la mafia organizada del Perú; de personajes como éste, el Perú esperó mucho.
Ahora sí digo que este mal peruano en buena hora perdió la elección presidencial en 1990. Aunque el quien le ganó, apoderándose de su programa, fue Fujimori. Éste de la misma manera le dio al país una terrible estocada de infortunio económico y subdesarrollo.
Su hija pretender recoger este mismo vómito para luego rociarnos a todos los peruanos. Por favor, que situaciones como esto, con mafias que se encumbran en los más altos poderes, nunca más ocurra.