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jueves, marzo 28, 2024

César La Barrera Martínez llegó a Tarapoto y fue recluido con prisión preventiva

En medio de una persistente lluvia arribó el sábado por la mañana a Tarapoto procedente de Lima, César Oscar La Barrera Martínez de 54 años de edad, principal implicado en el asesinato de su ex conviviente Jenny Jessica Rojas Aranda y a la hija de ella, ocurrido el 12 de abril del presente año. Ante la llegada del imputado, hubo un fuerte despliegue policial para evitar que alguien intente hacer justicia con sus propias manos. Horas más tarde fue recluido en el establecimiento penitenciario de Tarapoto, donde cumple prisión preventiva.

La Barrera Martínez llegó en un vuelo policial cerca de las once de la mañana, de inmediato fue conducido a la sede de la División de Investigación Criminal, donde lo esperaba en los exteriores un grupo de familiares de las víctimas, quienes exigían justicia. Héctor Rojas Aranda, hermano de Jenny y tío de Luna, tuvo que ser reducido por los agentes policiales, en momentos que intentaba recriminar al imputado.

Tras ser tomado sus generales de ley y pasar por el Área de Requisitorias, César Oscar La Barrera fue trasladado bajo estrictas medidas de seguridad hacia el Establecimiento Penitenciario de Tarapoto, a donde ingresó pasado las tres de la tarde. Los exteriores del centro de reclusión fueron custodiados por agentes de la Unidad de Servicios Especiales desde cinco horas antes para evitar cualquier inconveniente.

El imputado tenía un semblante de preocupación y a diferencia de Lima, permanecía callado, no tenía equipaje y solo estaba con el buzo color azul con la que fue intervenido en Surco. Según fuentes policiales solo tiene la ropa que lleva puesto y en Tarapoto no tiene a nadie que le apoye con sus útiles de aseo.

El traslado de La Barrera Martínez a Tarapoto generó mucha expectativa, varias personas se apersonaron a la sede de la DIVINCRI y al Establecimiento Penitenciario para observar su llegada, sin embargo, los agentes policiales le custodiaron de manera estricta que prácticamente no pudieron verlo, ya que los miembros de las fuerzas del orden lo taparon con sus escudos. (Karina Roncal)

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