La presencia de dos candidatos se puede leer de la siguiente manera:
La derecha oportunista y la izquierda retadora. La derecha que representa una mujer, Keiko, cuestionada judicialmente de lavado de dinero, crimen organizado y obstrucción a la justicia y que el mismo fiscal, Domingo Pérez, manifestó la posibilidad que se archive todo este proceso judicial, en caso que el pueblo peruano equivocadamente le diera su voto el 6 de junio.
La izquierda, representado por Pedro Castillo Terrones, docente de profesión. Mil cosas subjetivas se vienen diciendo de este candidato, sobre todo se especula sin la fundamentación necesaria el peligro que corre la sociedad en una probable elección a su favor.
La sociedad actual que tenemos los peruanos, sumida en el subdesarrollo; una sociedad carente del bienestar laboral y económico; una sociedad que no tiene la capacidad educativa y tecnológica de sus habitantes, donde los pueblos, desde las ciudades grandes y pequeñas, fueron víctimas (y aún lo son), de muchos engaños e injusticias.
De esta realidad, la gran responsable es la derecha, y cruelmente responsable el fujimorismo. En un primer momento, Alberto Fujimori, sentenciado por corrupción a 25 años, hizo del país la gran ambición de su propio egoísmo: liquidó la Constitución del 79 para desarrollarlo a su medida: enriquecerse asimismo y a su entorno a través del libre mercado monopólico; los grandes oligopolios empezaron hacer su trabajo a través de Boloña, su ministro de economía, donde nos impusieron la guillotina de las AFPs, cuyos directivos tienen sueldos escandalosos que pasan de los 100 mil soles y otras regalías que llega a 300 mil soles, y ninguno de ellos están afiliados a ninguna a AFP que administran cual terratenientes esbirros.
Estas pestes millonarias tienen otros tipos de seguro de alta categoría, a la sociedad que le somos muy insignificantes, el fujimorismo les dio la facultad para que administren nuestra pobreza económica, que en miles de ciudadanos para ellos se convierten en una rentabilidad de millones y millones de utilidad.
En sus 10 años de gobierno, el reo Fujimori, se apoderó de toda la prensa y televisión, a través de Montesinos. Esa prensa que fue comprada, añora su retorno, por eso a la candidata de la derecha, le tratan con guantes de seda; en los 10 años de dictadura, Fujimori compró al poder judicial, incluyendo a decenas de jueces y fiscales; compró a congresistas inconsecuentes y sin principios, llamados tránsfugas.
En la dictadura de Fujimori compraron todo lo que les iba a ser de gran utilidad y vendieron cientos de empresas nacionales que también les fue de mucha utilidad por los millones y millones que recibían juntamente con Montesinos.
PATRAÑAS DE KEIKO FUJIMORI
Si el reo Fujimori hacía esto en su dictadura, su hija que nunca trabajó en nada, el 2016 cuando eran mayoría en el Congreso disuelto, hicieron y permitieron todo tipo de impunidad.
Entonces, ciudadano peruano, qué autoridad tiene esta mujer para pretender ser jefe de Estado, cuando como congresista en su momento que pedía vacaciones permanentes y como jefe de su grupo político, permitió todo lo que ellos critican lo que podría hacer su oponente, Pedro Castillo; su padre disolvió el Congreso de aquel entonces para hacer todo a beneficio de ellos y para pretender reelegirse las veces que quiera.
Por ello, a la vergonzosa tercera reelección, el pueblo se levantó a través de los cuatro suyos, consecuencia de esto no tuvo otra cosa más que huir del país y buscar refugiarse en su tierra, el Japón, que sus paisanos que viven de verdad estos valores que son la dignidad y la honestidad, le rechazaron profundamente cuando pretendió ser senador en ese país del oriente.
Esto es el estilo y característica de gobierno del fujimorismo, de la derecha podrida en el país, que tienen como aliado a Soto y Aliaga y al mismo Acuña. Que hace décadas vienen gobernando el país a su regalada gana. Estos tipos de gobiernos entreguistas de la derecha, que deben ser rechazados por todos los ciudadanos peruanos, en estas circunstancias sale a la palestra nacional y mundial, un ridículo Mario Vargas Llosa, para brindarle su apoyo a la hija del reo.
En un principio admiré a Vargas Llosa por sus grandes novelas. Pero, estoy más que decepcionado por el abierto apoyo a la hija del reo Fujimori, y me convenzo, que, con este abierto apoyo vergonzoso de este ridículo escritor, de que a una persona no hay que admirarle solamente por un solo lado, sino en toda su integridad.
Vargas Llosa, nada más hizo sacar su careta de gran “defensor” de la democracia y ponerse la verdadera careta de truhan, porque todo lo que decía, luchar contra la dictadura de Fujimori, no fue más que pura hipocresía y una ridícula novela.