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sábado, abril 20, 2024

La receta de Pedro Castillo. Tome lápiz y apunte.

Aumentar el presupuesto al 10% del PBI en educación y salud, filtrar el contenido de los medios, estatizar sectores estratégicos como la minería y la elección popular de jueces.

El plan de gobierno del profesor Pedro Castillo tiene como objetivo “Rescatar al Estado minimizado, casi imperceptible y moribundo frente al avasallamiento de la dictadura del mercado”.

Aquí algunas de sus recetas.

Su visión para un eventual gobierno está plasmada en un documento de 77 páginas y 21 capítulos escritos con làpiz de carbón y postulados mariateguistas. VOCES revisó el plan de Perú Libre y resume las propuestas más avezadas.

La primera gran reforma de Perú Libre apunta al tesoro más preciado de los fujimoristas: la Constitución del 93. La idea es desaparecerla. Para ello, propone una Asamblea Constituyente que presentará una nueva Carta Magna. El objetivo: terminar con el “neoliberalismo y plasmar el nuevo régimen económico del Estado”, al que ha bautizado como “Economía Popular Con Mercados”. Este nuevo modelo, según el mismo documento, está inspirado en los ejemplos exitosos de Bolivia y Rafael Correa en Ecuador.

¿En qué consiste? En que el Estado sea “interventor, planificador, innovador, empresario y protector” y “regule al mercado”. Para Castillo, “las dos perversas leyes, la oferta y la demanda, han reducido al hombre a ser solo un medio de producción o una simple mercancía más”.

Pero la nueva receta económica de Castillo no solo pretende que el Estado compita con el empresario privado. De llegar al poder, el documento también dice que Castillo aplicaría impuestos a todas las empresas -acabando con las exoneraciones tributarias- y estatizaría diversos sectores estratégicos incluyendo los que explotan recursos mineros, gas y petróleo. Según Perú Libre, esta es la vía para obtener recursos y “eliminar la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, construir carreteras y aeropuertos, lograr saneamiento integral con agua y desagüe de los pueblos más recónditos”.

Además, en un gobierno de Perú Libre se revisarían todos los Tratados de Libre Comercio (TLC). De atentar contra el «interés del pueblo», serían anulados. Los que sobrevivan a este filtro estarían publicados en un portal web porque «mientras no se publiquen los mismos seguirán gozando de una gran dosis de clandestinidad, favoreciendo a la corrupción».

Los empresarios que se salven de la estatización también tendrían que hacer cambios. Castillo asegura que las empresas “deben fomentar el empleo regional en un porcentaje superior al 60% del total de su personal”. Además, tendrían que “garantizar la transferencia tecnológica con capacitación y equipamiento para la población del área de influencia” y no pueden olvidarse de adquirir bienes y servicios de las Mypes ahí presentes.

Otro gran problema del país es el bajo nivel educativo.

Y Castillo, como profesor, dice tener la solución: la “acción revolucionaria” de incrementar el presupuesto en este sector del 3.5% al 10% del PBI. ¿Cómo sería esto posible? Con su propuesta “el gas de Camisea como pan de la educación”. Esta consiste en aumentar el impuesto por la extracción de este recurso de “US$1.135 millones a US$23 mil millones a precio de mercado”.

Perú Libre también propone el ingreso libre a la universidad porque “el ingreso restringido es propio de países subdesarrollados, quienes utilizan las profesiones como medio para el ascenso social y económico”. Además, si un joven no lograse este ingreso directo, podría optar por el servicio militar voluntario de un año. Al terminar, podría escoger una carrera en cualquier universidad pública.

En un eventual gobierno de Pedro Castillo también se incrementaría el presupuesto de salud del 5.4% al 10% del PBI. ¿De dónde saldrían los recursos para esto? El mismo documento responde: “El dinero provendrá del nuevo reparto de las utilidades entre las transnacionales y el Estado peruano”. Luego de revisar todas las concesiones existentes en el país, por supuesto.

En el sector salud –el más expuesto por la pandemia– el partido del lápiz propone implementar un tarifario único para las clínicas privadas y la despenalización del aborto como método para controlar la natalidad. “Está demostrado que un país subdesarrollado que no controla su natalidad o tiene natalidad mayor del 2% al 3 % anual, está condenado a no salir de la pobreza”, asegura Perú Libre.

No mas periodismo empírico, evaluar contenidos de la radio y la TV

Si Pedro Castillo llega a Palacio de Gobierno, además, varios colegas podrían terminar desempleados –o pasar las de Caín– por falta de un cartón universitario. Perú Libre plantea que sólo ejerzan el periodismo las personas tituladas y con una “formación deontológica”. El plan de gobierno también propone que los ministerios de Educación y Cultura evalúen los contenidos de la televisión y las radios antes de la difusión.

Perú República Federal

El partido del lápiz busca hacer borrón y cuenta nueva de la estructura del Estado y apunta a reorganizada. Para Castillo, el país debe convertirse en una República Federal, con el objetivo de fomentar la descentralización. De esta manera, asegura el plan de gobierno, los gobiernos regionales serían la única instancia decisiva en sus jurisdicciones, salvo algunas excepciones donde sea necesaria la intervención del nivel nacional.

ONP – AFP

El debate del sistema de pensiones, por su parte, está zanjado en el plan de gobierno del profesor Castillo. Perú Libre tiene una posición clara: hay que fortalecer la ONP y eliminar poco a poco las AFP. Según la agrupación, este último sistema tiene “un fin lucrativo al cobrar porcentajes de hasta del 30% sólo por administrar los aportes, un robo a todas luces, entregando pensiones miserables”. Castillo y sus seguidores consideran que los peruanos gozarán de una mejor vejez si ahorran su dinero en cualquier banco con tasas bajas.

Nueva Contraloría

El menú que ofrece Castillo también tiene un apartado de lucha contra la corrupción. Su apuesta más llamativa es crear una Contraloría especial para el sector privado. “La Contraloría General de la República es dura con los funcionarios públicos, pero blanda con el empresariado privado. En realidad, las empresas privadas son el principal elemento corruptor del Estado”, asegura el plan de gobierno. ¿Cómo le habría ido al sentenciado Vladimir Cerrón, su ex segundo vicepresidente, bajo este esquema?

Castillo remata este acápite con la propuesta de limitar el financiamiento de campañas políticas solo a los aportes militantes, eliminar sueldos “dorados” del Estado y desaparecer todo tipo de inmunidad política sin excepción.

Seguridad ciudadana

A diferencia de otros partidos que proponen “mano dura” para mejorar la seguridad ciudadana, Castillo tiene otras ideas para arreglar ese problema. Primero, fortalecer las rondas campesinas y comités de autodefensa respetando “sus costumbres, cultura y estructura”. También hay que reorganizar la Policía. Según Perú Libre, los ascensos deben regirse “por el número de investigaciones resueltas o acciones meritorias y no por el falso academicismo impuesto en base a maestrías y doctorados”.

Juez por voto popular

Llegar a ser juez en un gobierno de Perú Libre, en tanto, sería un poco diferente. Los peruanos escogerían a todos los magistrados por voto popular. “La designación de este poder, que en última instancia decide asuntos trascendentes para el Estado, debe pasar el filtro democrático”, asegura el plan de gobierno. Tampoco creen en la ratificación de los altos magistrados del Poder Judicial “porque está demostrado que toda reelección es directamente proporcional a institucionalizar la corrupción”.

Perú Libre tampoco ve con buenos ojos a la ONU. Según el partido, los soldados peruanos que pertenecen a los Cascos Azules de la institución “son utilizados para mantener el dominio imperialista sobre otros países”. Además, son adoctrinados y preparados para “la represión contra los líderes y movimientos de izquierda en sus propios países”. Como solución, proponen una política de descolonización.

Este es apenas un breve resumen del plan de gobierno del último candidato de moda. Si le gustan o no las propuestas, es cosa suya, estimado lector. Lo que queda claro es que se trata del tipo de planteamientos que a los empresarios de la Confiep les ponen los pelos de punta.

En Resumen: aquí el producto del “otro país” que no queremos ver, la desnudez de la pandemia, resentimiento en estómagos vacíos y ausencia del estado.

 

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