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martes, abril 23, 2024

Presencia, Pertinencia y Perennidad del Discipulado

Como se observa en el mundo contemporáneo, aún nos debatimos en los últimos estertores de una era caracterizada por la confusión de la creencia ciega, que cosmobiológicamente se denomina Era de Piscis, pese a que ya llevamos más de setenta años de la era Aquarius, algo que es normal, pues los ciclos naturales no se manifiestan de golpe, como el amanecer que paulatinamente ve aparecer la luz solar.

Una de las confusiones más características y que aún predomina en muchos, es la concepción independentista, es decir, aquella idea que nos conduce a “no admitir otra superioridad si no es la nuestra”, actitud egoica que se manifiesta en los más diversos matices de rechazo al verdadero Discipulado, es decir, la Guía Viviente, solicitada y libremente consentida al entregar nuestra voluntad a una Voluntad Superior encarnada por el Maestro, o sea, una persona de carne y hueso, viviente en el mismo espacio- tiempo nuestro.

Así, vemos las más diferentes muestras de este rechazo subconsciente al verdadero Discipulado, con los miles de personas que dicen ser “discípulas” guiadas por “maestros internos”, “cristo en el corazón”, “maestros ascendidos”, “plantas maestras”, maestros del astral”, “voces interiores”, “guías extraterrestres”, o simplemente “la voz de mi consciencia”, etc. Concepciones que han demostrado conducir con toda seguridad, a los más diversos accidentes mentales, emocionales y espirituales.

Nuestra sociedad olvida así, el sendero más seguro, especialmente en el mundo tan sublime y peligroso del camino espiritual: El Discipulado a Maestro o Maestra integralmente vivo. Olvidan también que ese Discipulado es saludablemente prescrito en todos los Libros Sagrados.

Como bien lo indica el Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares:
“Eterno, múltiple en sus líneas y UNO en su esencia de consagración al Gurú, el alto discipulado que describen todos los Libros Sagrados (Evangelios, Biblia, Bhagavad Gita, etc.) no está sepultado por las pisadas de los “independientes” que en nombre de su propio criterio se erigen en ciegos y quieren “orientar” a otros ciegos.”

Esta Ley Natural y Superior del discipulado es muy bien concebida por el mundo en general en la dimensión alumno-profesor, pues todos reconocen que es indispensable contar con maestros en cualquier profesión u oficio y hasta los autodidactas tienen que abrevar sus conocimientos en fuentes de otras personas. Lo raro es que, en el mundo de la espiritualidad, esta concepción tan natural se ve muy alienada, inobservada e incomprendida.

Por ello, es importante considerar las valiosas expresiones de sabios ampliamente reconocidos como el Dr. Alexis Carrel:
“Indudablemente, nadie es capaz de dirigirse por sí solo. La mayor parte de los seres humanos tiene necesidad de un guía en su comportamiento fisiológico, lo mismo que en el espiritual y social…Ahora bien, en la sociedad moderna no existen, desgraciadamente, hombres cuya especialidad consista en ser sabios y en ayudar a los demás con su sabiduría…Para enseñar a los hombres a conducirse son necesarios guías que unan al conocimiento de las cosas del siglo la ciencia del médico, la prudencia del filósofo y la conciencia del sacerdote…que tengan la experiencia de la vida y conozcan la ciencia del hombre…que posean un carácter científico y sacerdotal a la vez. Estos hombres serían aptos para servir de guías al inmenso rebaño que vaga errante en la universal confusión. A tales hombres les incumbiría adaptar a las necesidades de cada individuo las reglas generales de la conducción de la vida.”

En ese sentido el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière y el Dr. David Juan Ferriz Olivares han reabierto los Colegios de Iniciación (www.magnanet.org) que cumplen magnamente con los anhelos del Dr. Carrel, formando actualmente con el más alto Discipulado, en la continuidad de la Sagrada y milenaria Cadena de Maestros y Discípulos, base misma de la Gran Tradición Iniciática.

Leemos del Maestre Dr. Raynaud de la Ferrière:
“Este trabajo, sin embargo, hay quien quiere hacerlo directamente sin pasar por el camino tradicional de la disciplina, porque tienen ellos un complejo de superioridad: creer que pueden realizar solos; es un complejo, porque la ciencia misma ha reconocido que la ‘mente’, el espíritu, es una parte que viene del exterior, y no de lo personal (…) Así que las instrucciones superiores son reconocidas por los científicos a quienes la materia misma se les escapa hoy día y regresamos en este punto a las esencias tradicionales del Gurú a los Chellahs, de Maestro a Discípulos, del Instructor a los Aspirantes. El Cristo Jhesú (Jesús), él mismo, se puso bajo la protección del Maestre de la Orden del los Esenios, el Superior de la Gran Fraternidad Blanca, antes de ser él mismo un Maestre, un Instructor, el Regente de la Gran Tradición Iniciática. Salir del camino, buscar sus propios modos de evolucionar es escapar a la Verdad, de la Luz que hay que seguir paciente y resignado.”

Y concluye el Maestre Ferriz Olivares con las características superiores del verdadero Discipulado:
“No solamente hay que obedecer, hay que imitar sus realidades esenciales y superiores, como bien dicen los psicólogos Jean Piaget y Gabriel Tarde, una imitación comportamental, una percepción de la realidad como enseña el Discipulado de la Jñana [Saber, Consciencia de Vida] que va produciendo un acomodamiento al mundo exterior, consciencial y existencialmente, como los bhumis [Estados de Existencia], lo cual no impide llegar a la propia autenticidad y al encuentro con la verdadera ecceidad (hecceidad) de la Misión a cumplir para el descubrimiento del hombre trascendental.”

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