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viernes, marzo 29, 2024

LAS INTERROGANTES DE DON FELIPE

I

Los días se ponen oscuros por el sentimiento de impotencia
que Felipe pasa las horas
cargando en la espalda
látigos de dolor, porque
diario enfrentándose está a
la mala suerte de haber llegado a este mundo –lo dice él mismo-
llegué por tres cosas básicas: crecer, vivir y gozar.
Felipe despotrica con todo y con todos:
la mascarilla, el virus, el distanciamiento, la cuarentena,
el toque de queda, las restricciones a la libertad que
es lo más preciado del ser humano; los chinos malditos
que por fin tumbaron la soberbia de EE.UU. y de todos
los países desarrollados; los líderes del mundo
siempre hablaron de una tercera guerra mundial
que se avecina… antes que el gallo cante por tercera vez,
empezó en marzo del 2020,
¿El desenlace?: millones de víctimas en todo el mundo
sin disparar un solo misil.
¡Malditos chinos!
Se lo saben todo: no contentos con miles de muertos
en la primera ola, hablan de variaciones y mutaciones
en una segunda ola, que dicen que es más mortal
para seguir matando más y más
en este planeta que no alcanza un ser humano más
destrozado por la mano del hombre
por su codicia y ambición.
Como ya nos tienen cogidos por el cuello,
agoreros de mala muerte e infectologos de mala suerte
están prediciendo olas y más olas de contagio.
Felipe está cada vez más dolido: no está viviendo
como siempre vivió: en libertad total;
no está gozando como siempre gozó: sin limitación total.

II

Felipe en confianza se acerca a sus amigos, les dice:
¿Ustedes creen que estas vacunas que están llegando es confiable?
¿Ustedes creen que este virus no siendo un organismo vivo
como una bacteria… esta vacuna le puede matar?
Felipe piensa que hay mucha complicidad
de parte la prensa que genera una corriente
de terror y más terror colectivo.

III

Felipe está convencido que los hábitos del ser humano
empezaron a cambiar para bien o para mal:
cambiaron las jaranas hasta las últimas
horas del amanecer;
se suspendieron las reuniones con amigos o no;
los bares se vaciaron;
los burdeles autorizados
que eran abiertos las 24 horas del día,
hoy lucen el silencio cómplice
de los amores infieles.
¡Cuidado con el desacato!
Te amenazan con la muerte civil.
La gente se ha vuelto más hogareña
a pesar del estrés que apremia.
Felipe se pregunta ¿Hasta cuándo será todo esto?
¿Será que la humanidad se está hartando
de la misma humanidad?
¿Será que las potencias del mundo
nos quieren tener totalmente manipulados?
¿Será que los Estados del mundo poco a poco
soltarán el hilo de la administración estatal a los
grupos de poder privado?
¿Qué harán entonces los que salen elegidos
para los cargos de jefe de Estado y legislativo?
Felipe se responde: serán solamente simples
tramitadores de los millonarios patrones
que manejan el poder económico del mundo;
serán solamente simples repartidores
de miserables bonos que no llega
a la extrema pobreza que vive todo el país.

IV

Felipe se siente cada vez más convencido
de lo que va diciendo, confirma ya resignado lo siguiente:
la vida que tienes ya no es tuya,
el dinero poco o mucho que tienes, ya no es tuyo,
ni siquiera le perteneces al mundo asiático
desde donde este virus llegó cual bestia galopando
a matar gente que hoy está implorando.

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