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viernes, abril 26, 2024

Los Bomberos u otra forma de querernos

Esta crónica nace como consecuencia de un encuentro casi casual, la semana que pasó, entre Benjamín Carrillo Ampuero, Zoila Saavedra Reátegui, Hugo Arévalo Garazatúa, Alberto Perona Buttler y Hugo Rodolfo Arévalo Angulo, mientras disfrutábamos de un café en el Plaza, de la ciudad de Tarapoto, y que abordó el tema de los bomberos, sobre todo, incidiendo en el tema de sus falencias y deficiencias logísticas, que ya es la regla en el Perú, porque la desesperación que pasan los bomberos de la ciudad de Tarapoto, es la misma de todo el país. Y es un problema de décadas.

Como ya es la norma en el país, los bomberos nos preocupan y nos sumamos líricamente a su causa cuando ocurren tragedias, como nos lo recuerda Silvia Quevedo Bardález, en un artículo publicado el 22 de octubre de 1916, como reacción a una tragedia ocurrida en Lima. Escribe Silvia: “La tragedia ocurrida en nuestro país con los bomberos, vuelve al tapete la discusión de las condiciones en las que trabajan, las necesidades que tienen y nadie les da, las migajas que reciben de parte de las autoridades y la indiferencia de los peruanos”. La conversación del grupo en el Café Plaza tiene como consecuencia el incendio ocurrido hacía poco en la ciudad. Pero la tragedia es que los bomberos existen solo cuando durante los siniestros uno o varios de ellos mueren, y nadie repara en lo más valioso que tienen ellos: su amor por la humanidad.

El problema de los bomberos es otra muestra más de la miseria de nuestro país. Un país que se maneja por los procedimientos, por las formas. O sea, no hay procesos institucionalizados. Como reclama Silvia, con todo el dramatismo posible, los bomberos viven por el desprendimiento de los voluntarios que extienden su amor y preocupación más allá de sus afectos familiares. Y nadie repara en ello. En lo personal, siempre he admirado ese desprendimiento de las personas que conozco y que, sin recibir ningún estipendio, están a la expectativa de salir para enfrentarse a los siniestros que, en una ciudad como Tarapoto, poco a poco se convertirán en hechos comunes.

Me han llegado imágenes de los equipos con que cuentan los bomberos de la ciudad de Tarapoto para cumplir su heroica misión. Me faltó llorar y exclamar un carajo, para sumarme al clamor de Silvia, porque a nadie parece importarles la situación de los bomberos. ¿Y por qué ocurre esta situación? ¿Indiferencia supina? ¿Por qué es un problema que no les alcanza? ¿Porque no da votos? ¿Porque queremos que otros lo resuelvan? ¡Así no es, carajo!

Con la confianza y estimación que le tengo a Tedy del Águila Gronerth, el alcalde de la ciudad de Tarapoto, le lanzamos el desafío para emprender una cruzada para resolver los problemas por los que están pasando nuestros heroicos ciudadanos quienes corren prestos a sofocar incendios. Porque no solamente es decirles ¡gracias!, y darles unas palmaditas en las espaldas. ¡Ellos se merecen mucho más! ¡Tedy, te hemos lanzado un desafío para encontrar una solución definitiva al problema. ¿Lo harás? (Comunicando Bosque y Cultura).

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