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martes, abril 23, 2024

«LA ECONOMÍA SE RECUPERA, LOS MUERTOS NO»

EL CASO NO SOLO PASA POR EXIGIR MÁS CAMAS UCI, MÁS PLANTAS DE OXIGENO.

El alcalde, el policía el militar el sereno o el médico, no han sido formados ni elegidos para ser “TU NANA”.

En primer orden, y por sobre todas las cosas, sin salud no es posible nada, el cuidado y el valor por la vida es lo más importante y, por ende, no hay siquiera razón para considerar otra cosa que no sea tratar de cuidar y proteger nuestra existencia.

El estado ha puesto en primera fila al personal sanitario, sin darle mucho lugar a la duda, al policía, al militar, al hombre, al personal de limpieza y recolección de la basura, a la prensa, a los técnicos de las empresas de servicios para que no falten los servicios básicos como el agua y la luz eléctrica.

«la economía se recupera, los muertos, no»

La vida y el bienestar de las mayorías está por encima de todo, es meritorio, pero ¿a qué nos referimos al hablar de vida y bienestar?: a la simple sobrevivencia o a nuestra forma de vida.

La libertad ha sido a menudo una de las víctimas de las pandemias

El drama es que esto nos está poniendo a pensar no sólo en que vale la pena conservar de lo que había, la vida, la economía, los sistemas políticos, la organización social, sino que nos plantea una gran pregunta que es mucho más difícil responder y que poco habíamos tomado en cuenta: “qué vale la pena construir familias y colectivos humanos».

La economía también está ligada a la vida y la muerte de personas.

Las medidas de aislamiento impuestas en gran parte de los países del mundo auguran recesión, y las recesiones matan, acortándole la vida a la gente, muchos de los cuales forman parte del mismo grupo vulnerable al coronavirus.

En San Martín, el aislamiento no va a matar a gente por la escasez de recursos, lo que nos está poniendo en el filo del abismo es la indisciplina y falta de conciencia de nuestra misma gente – algunos se han calificado como un reflejo de nuestro bajo nivel cultural- en todos los espacios y niveles.

Ante la pandemia, nada es sencillo, ni siquiera las preguntas, porque se hace imposible encontrar una respuesta correcta.
Estamos en medio de una situación en la que no hay respuestas correctas, lo único a lo que se puede aspirar es a encontrar la mejor de las opciones, pues la pandemia se ajusta con precisión a la definición real de un dilema.

No estamos hablando de esos «dilemas» que enfrentan las chicas en las comedias románticas, en los que tienen que decidir entre un guapo, inteligente, rico y convencional o un guapo, inteligente, no tan rico y menos convencional.

No pasa por calificar de dilemas; el uso común de ‘dilema’ le quita seriedad e importancia, porque está clarísimo que la pandemia nos ha enfrentado a todos a problemas que suelen quitarle el sueño a quienes se dedican a investigar la ética, la moral del compartimiento de nuestra sociedad. Lo que no está en duda y sin mayor cuestionamiento, necesitamos VIDA Y SALUD.

Por lo tanto, la población joven o adulta, abogado o agricultor, ambulante o empresario; debemos ser consecuentes con nuestros actos para luego no tener que arrepentirnos.

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