En los saludos de año nuevo, generalmente se desea para todos éxitos personales y el alcance de las metas que se propongan. Más allá de los buenos deseos de nuestros amigos y las cábalas de fin de año, alcanzar lo que se persigue en cualquier campo de la vida, dependerá, del esfuerzo que cada uno ponga. Pero ese esfuerzo personal, cuando se trata de lo laboral o económico, dará mayores frutos, según el entorno, el contexto, en el que nos desenvolvemos; y por entorno o contexto me refiero a las condiciones, políticas, económicas y sociales en una sociedad, determinadas por el buen o mal funcionamiento del estado.
En el caso de nuestra Región San Martín considero, en base a estos dos años de la gestión Bogarín, que las perspectivas son buenas. El dato más alentador, a mi juicio, es la excelente gestión presupuestal del 2020 tanto por el porcentaje ejecutado, como por la calidad del gasto, de lo que hablaré en otro momento si la generosidad del Diario Voces, a cuyos directivos agradezco la publicación de este artículo, me permite una segunda oportunidad.
De acuerdo a la plataforma Consulta Amigable del MEF, San Martin ha ejecutado el 95.5% de su presupuesto, ocupando un meritorio segundo puesto entre las regiones del país, muy por encima del promedio nacional que es de solo 89.5% para los gobiernos regionales. Comparativamente hablando esta cifra es la mayor alcanzada en los últimos diez años de gestión regional; y supera muy de lejos lo realizado por Cesar Villanueva en sus dos primeros años de gobierno. Y es más encomiable aun si consideramos que hemos tenido la administración pública paralizada por casi medio año.
Analizar el porcentaje de ejecución presupuestal mirando hacia atrás es importante porque nos permite ver el desarrollo de las habilidades y capacidades gerenciales al interior de una administración; ya que, con una administración capaz y eficiente la que gana es la sociedad en su conjunto. Y ciertamente advertimos que hay un importante desarrollo gerencial en la administración Bogarín; si vemos que el 2019, en su primer año de gobierno alcanzo el 90.8% de ejecución, cifra no mala pero necesitada de mejoría, lo que se alcanzó el 2020 con un crecimiento de 4.7% hasta llegar al 95.5% actual.
Pero lo relevante, de cara a lo que nos espera el 2021, es que permitirá gestionar ante el gobierno nacional sustantivos incrementos presupuestales. El gobierno nacional asigna presupuestos con una lógica inexorable. Te doy más si gastas más, si no gastas para que te doy. Con el crecimiento alcanzado, cabe esperar entonces, un sustantivo crecimiento del presupuesto inicial de apertura asignado a la región, que es de más de mil trescientos millones para este año, superior en 200 millones al de apertura del 20121. Este es un proceso normal en la administración pública, se fija un Presupuesto Inicial de Apertura (PIA) que se va modificando en el transcurso del año, según la gestión que cada gobernador realice, y creo que las credenciales con las que cuenta esta administración en materia de ejecución presupuestal son buenas y le dan autoridad para solicitar y si es el caso exigir un mayor presupuesto.
Lo asignado no es malo para nuestra región, recordemos que San Martín poblacionalmente representa el 2.8 de la población del país, pero recibirá casi el 4% de lo asignado a las regiones. La cifra no es mala pero necesita mejorar, debe y tiene que mejorar. Este es un buen deseo que se hará realidad en la medida de las capacidades gerenciales del Dr. Pedro Bogarín, al que, como a todos nos consta, para bien o para mal, no le falta capacidad y carácter para hacerse escuchar y entender. Por supuesto que el equipo técnico que le rodea juega un papel fundamental y a la fecha, pese al desconcierto inicial, creo que los cambios le han dado resultado y hoy se los ve más consolidados y seguros en lo que hacen. En hora buena para nuestra Región.
Que en este 2021 que se inicia, Dios nos bendiga, nuestros planes se realicen y la salud, la paz, la dicha y la prosperidad no acompañen cada día. Feliz 2021