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jueves, abril 25, 2024

Olvídate de los calzoncitos

Hace un año me puse el calzoncito rojo para que el amor este presente los 365 días del año, los cotillones de color amarillo para que la felicidad reine en casa y por supuesto arroz y lentejita para que el dinero nunca falte. Jamás me imaginé que meses más tarde todo el mundo estaría en jaque mate.

La espera del nuevo año trae consigo un sinfín de cábalas con la esperanza de que se cumplan los más ansiados deseos. Ya sea por tradición familiar, como las 12 uvas. Por diferentes culturas, como los baños de florecimiento o simplemente por costumbre que se traslada a las diferentes generaciones, como los calzones de colores o recorrer con una maleta en mano. Sea cual sea el motivo, siempre hay algo con lo que esperamos gritar “Feliz año nuevo”.

Lo cierto es que el 2020 fue un año totalmente catastrófico, como sacado de alguna película de terror, de esas en las que se acaba el mundo y las personas se pelean por comida, las calles se llenan de violencia y las familias terminan por extinguirse, sí, a ese punto hemos llegado y esto todavía no termina.

El Covid 19 no da tregua, por eso para muchos creyentes los rituales para atraer la buena suerte, la salud, la fortuna y el amor se vuelven casi una necesidad de medianoche.

Solo basta con dar un paseo por los centros de abastos en estos momentos, para darnos cuenta que las personas pudieron perder familiares, trabajo y dinero, pero la fe no se ha extinguido y es que hay esperanza en que la tanga amarilla, roja, verde y multicolor, las uvas, el champagne, el baño de florecimiento, hagan efecto y por arte de magia las piezas del ajedrez se vayan acomodando a su favor.

A tanto llegó la desesperación o mejor dicho el ingenio, que ahora los comerciantes vienen ofertando el velo de novia amarillo para que las mujeres solteras encuentren el príncipe azul y se casen, como si eso fuese una prioridad en tiempos de pandemia.

Sin lugar a dudas, los deseos son diversos tanto como las creencias y la cultura misma, por eso es que no es raro conocer que existen más de un ritual y aunque acepto haber utilizado varios de ellos, este año merece algo más que una cábala.

Para mí el 2020 como para todos ha sido dramático y doloroso, porque perdí muchos amigos cercanos por el Covid, además la economía me tuvo ahorcada y aunque no faltó trabajo, nada fue igual. Pero a pesar de todo, fue un año lleno de bendiciones, porque el solo hecho de estar sana al igual que mi familia, ya es suficiente para agradecer por todo lo bueno.

De niña preguntaba a mamá “¿Qué vas a pedir en este nuevo año?” Ella me respondía, “Salud para todos” y yo con total inocencia, le respondía “Pide algo de verdad, pues mamá”. Ahora entiendo que lo que mi mamá pedía era algo realmente valioso y que muchos hubiesen querido gozar de ello durante ese año, pero lamentablemente no pudieron.

Así que olvídate de los calzoncitos de color rojo, amarillo, verde, blanco, azul y hasta combinado. Este año si gustas no te pongas calzón, pero detente y agradece por todo lo bueno y por lo malo también, porque todo nos llena de aprendizaje.

Hoy crearé mi propio ritual, sin calzoncito, pero con bastante fe ¿Y tú por qué optarás?

¡Feliz año 2021 sin pandemia!

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