Terminó la feria del libro Amazónico que fue del 14 al 20 de diciembre, cuyos exponentes de la obra literaria y expresión artística se lucieron a lo largo de toda esta semana y pido disculpas a su organizador el ingeniero y escritor Miuler Vásquez, por mi ausencia expositiva de mi obra: PALABRAS QUE DESPLAZAN…TIEMPOS QUE QUEDAN.
No justifico mi ausencia al acto y escenario virtual del concierto de destacados exponentes de la narrativa y la poesía amazónica, únicamente comprendiendo de los que dan su vida por la literatura y aman el arte, aun cuando el amor al arte fuera una sola persona que se identifica por esa bendita causa, mucho más al amplio campo del mundo virtual donde no solo la imagen es vendida, sino cada palabra que vas sosteniendo y de la manera convincente como lo vas exponiendo, el mundo virtual es exitoso, como fue exitoso estos grandes amigos del arte y la palabra que a lo largo de una semana se lucieron con gran honor.
Y al público que sabe valorar y criticar cada obra de arte, a ellos va, sobre todo mis grandes disculpas. Cada sociedad es una obra de arte. Los pueblos recónditos de nuestra Amazonía que esconden sus penas, sus dolores y amarguras; sus grandes ilusiones, sus pocas o nulas expectativas, después de tantos ofrecimientos hechos por los políticos que no saben cumplir el ofrecimiento de una promesa.
Ese pueblo sigue esperando ya no la promesa del político; ese pueblo sigue esperando solamente la oportunidad de salir adelante con sus propios medios, con sus propios hijos, con su propia estrategia y modalidad de trabajo.
Sangama, la obra emblemática de Arturo Hernández, decía que la “selva es una prisión verde; un verdadero infierno; un medio físico propio solo para la vida de los árboles, pero no para morada del hombre”.
En el mundo interno de nuestra Amazonía se tejen mil hábitos de vida con la secuela de una fe respectiva por cada creencia. Una creencia propia y natural a la propia madre naturaleza que nunca defrauda a sus propios hijos, como el épico Sangama, personaje principal de la novela, que conocía la naturaleza a la perfección y que la misma naturaleza le retribuía esta manera de sentirse identificado con lo natural y con lo nuestro.
NOVELAS TRAICIONERAS DE LA POLÍTICA
El Perú es escenario de grandes novelas, de grandes novelistas, de grandes hacedores de la palabra. Los insumos principales de cada escritor son los mil y tantos traicioneros que existen. Todos los expresidentes del Perú son personajes principales para grandes obras literarias: Fujimori-Montesinos, muchos ya recrearon y ensayaron la palabra sobre la vida delincuencial de estos bastardos de la patria; Alan García; Toledo, Humala, PPK, Vizcarra, Merino y Sagasti, ya son parte de la historia escrita como novela, como novela picaresca y ridícula que miraron siempre el entorno propio y aún sigue la misma línea traicionera a la patria, el jefe morado que se llama de transición y emergencia, que sigue avalando como sus antecesores a la clase millonaria del país.
Sagasti confía que el Tribunal Constitucional le dará la razón al Estado para que, algo de cinco millones de ex aportantes a la ONP no reciban el derecho económico que les corresponde por los años de aportación que tuvieron.
Las AFP que durante 30 años se vienen enriqueciendo con las aportaciones de los trabajadores del Perú, se sienten fuertemente protegidos por todos los gobiernos desde Fujimori que los creó. Es toda una novela de traiciones que merecen todos, miserables sitios del deshonor. Para ellos, los sin vergüenzas ex presidentes sí hay plata de jubilación económica de por vida.
Se habla, hasta Merino, por cinco días de gobierno pasa a la lista de los expresidentes a gozar de jubilación económica de por vida. Y todavía con secundaria. Su gran “valor” es, su aventura política y su descaro de no pedir perdón al país y a los familiares de dos víctimas en las revueltas del 14 de noviembre que ocurrieron precisamente por su propia responsabilidad de querer entornillarse en el poder, lo que ni legal, peor legítimamente no le correspondía.
Ahora se desliga de toda responsabilidad que ocurrió esos días de protesta y que únicamente pide perdón a su familia. Esto es otra novela del personaje bastardo que quiso ser presidente sin que le cueste el honor del sacrificio.
Sagasti aún no da el visto bueno por el cambio de Constitución. También quiere que se mantenga esta constitución heredera y traicionera de Fujimori; otros quieren que se cambien unos cuantos artículos solamente: quieren que se quede los artículos que les interesa económicamente; otros quieren vía asamblea constituyente. Esto no es nada confiable, porque solo un grupo selecto de intelectuales y juristas intervendrían. La gran vía por una nueva constitución de todos sus artículos es, a través de un referéndum juntamente con las elecciones del 11 de abril, y que el pueblo y sus organizaciones debe formar parte de la elaboración de los artículos.
Esto sería una gran novela de honor y del Perú profundo que faltaría ser escrita. Todo va a depender que sigamos exigiendo. Porque los que están en el poder ahorita y los que están soñando en llegar al Ejecutivo y al Congreso, no les interesa en absoluto, más que sus propios intereses económicos.