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viernes, abril 26, 2024

Instituto de Estudios Peruanos, más del 90% esta de acuerdo con las protestas de los jóvenes

«La generación del bicentenario se moviliza para cambiar un status quo que no responde a sus necesidades»

El jueves 12 de noviembre, la socióloga Noelia Chávez a través de Twitter acuñó la frase “Generación del Bicentenario” para referirse a los miles de jóvenes que habían salido a las calles a protestar. 

Entre el 9 al 15 de noviembre, las convocatorias fueron algo atípica para el historial de protestas en Perú, desde el primer día se destacó la presencia de miles de jóvenes, que desde las convocatorias por redes sociales se habían concentrado en el Centro Histórico de Lima, pero también estaban presentes y organizados en distritos como Miraflores, La Molina o San Martín de Porres y en el interior del país los jóvenes unieron sus voces.  

En estas protestas, sobre los partidos políticos, los sindicatos, las federaciones estudiantiles, se impusieron las pancartas de reclamo inspiradas en memes o canciones de reguetón, los muñecos de Elmo y Pikachú, los grupos autogestionados de desactivadores de bombas y brigadas de primeros auxilios. A este nuevo grupo humano, con sus propios recursos y discursos y acción de protesta, la socióloga de la Universidad Católica, Noelia Chávez, lo bautizó como la “Generación del Bicentenario”.  

Cómo nace la frase “Generación del Bicentenario”  

La escribí en mi Twitter, cuando estaba regresando de marchar, en ese momento empezaron a llover bombas de la policía y consigo una foto muy buena de la Plaza San Martín llena de gente y escribo algo como: “Esta es la Generación del Bicentenario, Merino tiene que salir”. La frase tiene una narrativa política, intenta dar una identidad a lo que estamos viviendo, porque la identidad para la movilización es importante. Quiénes se están manifestando y muestran su rechazo hacia un gobierno y una clase política que cree ilegítima. 

La frase nace para eso: para darle sentido a la protesta e intentar dar una narrativa más esperanzadora al Bicentenario. 

Generación del Bicentenario es la ciudadanía movilizada para poder cambiar un status quo que no responde a sus necesidades. El motor de esta movilización son jóvenes, que según los organismos internacionales que definen la juventud estarían entre los 15 y 29 años. Pero yo considero ese rango como relativo. Depende mucho de los estilos de vida de la gente, de su cultura. Muchas veces ese rango de edad se puede extender a mucho más de los 30. Es algo que tenemos que ir construyendo, no está cerrado. Lo que sí queda claro es que cuando vamos a las movilizaciones hay una mayoría de jóvenes, con sus nuevos repertorios de acción colectiva, con sus nuevos usos, herramientas y recursos para posicionar narrativas y discursos y expresar su malestar.  

Divorcio entre los partidos políticos y la ciudadanía. 

Antes, los mecanismos para que la ciudadanía alce su voz eran la prensa escrita, la televisión, repartir panfletos y hacer reuniones, pero estos son espacios limitados para que la voz ciudadana se escuche. Sobre todo, cuando están monopolizados por poderes fácticos que influyen en las formas de comunicación. En cambio, las redes sociales son públicas, todos se pueden crear gratis una cuenta en Facebook, Instagram, Twitter, Tik Tok. Ahí también puedes hablar, expresarte, comunicarte.  

Mientras el gobierno piensa que a mayor represión hará retroceder a la marcha, lo que ocurre es que como se viraliza el abuso, la marcha se vuelve aún más potente. 

Los estados terminan siendo chicos para esta ciudadanía global que empieza a construirse, muy desigualmente, por cierto, pero está ahí y los aprendizajes son muy rápidos. Hay una fluidez del aprendizaje sobre la movilización a nivel global, nos vamos retroalimentando un país con otro. 

Esta es una protesta social con muchas autonomías detrás, donde no hay partidos, gremios, sindicatos que encabecen, organicen o hagan una estructura única de la marcha. Se equivocan quienes quieren reducirlo a algo que no es. 

Por experiencia personal, veo que es gente que está indignada y sale a marchar porque considera que este es un mecanismo válido para protestar contra la clase política que se van organizando de forma privada y espontánea.  

Afortunadamente en esta protesta que nos ha tocado vivir hay una gran mayoría de población que está de acuerdo, más del 90% según el Instituto de Estudios Peruanos. Además, hay una participación de 37% de peruanos en las protestas que hacen que la información corra en sentido democrático.  

Lo que hemos presenciado es que hay una ciudadanía alerta e indignada con una clase política inconexa a lo que ocurre y a las discusiones públicas que hay en la ciudadanía, sobre todo entre los más jóvenes.  

En Lima se reclama por una estabilidad política y desde regiones probablemente se reclame por un cambio mucho más profundo que hay que escuchar y que las redes no los permiten. Me parece muy importante tener a otra persona de otra región también discutiendo y cuestionando lo público, desde su propia plataforma y su propia realidad. Creo que ese es el espíritu de esta generación: no es una generación homogénea. Esta frase no tiene por qué ponernos a todos por igual, sino mostrar que hay diferentes luchas que están reclamando ciudadanía plena, inclusión en la discusión pública.  

Esto se trata de la gente que se ha levantado para defender la democracia que pendía de un hilo. Creo que deberíamos seguir viendo cuáles son las demás demandas de la población. 

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