Lo que no debe ser inestable en el país son los sistemas de salud y educación; lo que no debe ser inestable son los sistemas de generación de empleo, que millones de ciudadanos con carga familiar para sostener un hogar buscan una fuente de ingreso para sentirse por lo menos con cierta relativa tranquilidad; lo que no debe ser inestable en el país es la esperanza y las ganas de seguir viviendo por los objetivos y las visiones de progreso que cada persona lo tiene aún en su tétrica situación para ver nacer nuevas oportunidades de mejor vida.
No debe detenerse las políticas de salud, pero políticas de salud bien organizadas no como la que se llevó los dos últimos días de la semana pasada. Un caos total, sin la previa información básica a la población sobre qué enfermedades iba a ser vacunada la gente. Niños, adolescentes, adultos, mujeres y hombres, personas mayores y ancianos, todos acudían a hacer largas colas pensando únicamente que van a ser vacunados contra la difteria. A parte que la vacuna era para otras enfermedades, la dosis de la difteria era tan escasa que se acabó en un par de minutos.
Está comprobada que la ciudadanía le tenemos miedo a las enfermedades; está comprobada también que la población acude al solo llamado de los responsables del sector salud para que sean atendidos y puesto a buen recaudo lo más preciado que tenemos el ser humado: estar sano de cuerpo, alma y corazón. El dinero, tácito está que no hay lo suficiente, ni a veces para lo necesario. Pero la gente quiere estar bien, quiere y todos queremos estar rebosante de salud, porque sin una buena salud, tus millones que tengas ustedes especialmente señores que están en los sectores públicos como el Congreso, el poder ejecutivo y los gobiernos regionales y municipales, si la salud no está en primera línea, tus millones seguramente estarán aumentando, pero ya fuera de ti, del gozo que deberías tener.
Porque sin la salud del cuerpo, mente y corazón, lo material para los que amasaron fortuna ya no sirve, peor si esa fortuna fue por medio de trampas, por medios ilícitos, sacándole la vuelta a la ley contra los intereses del país donde miles de personas pobres y en extrema pobreza no tienen ni un simple sol para vivir y pasar su día por lo menos masticando algo para engañar al estómago.
PERIOSDISTAS DE LIMA INTERPRETAN MAL LA REALIDAD CAÓTICA
Este es el país que tenemos que se da el lujo de tener tres presidentes de la República en cuatro años y medio; este es el país donde la mayoría de congresistas de este Congreso y de los anteriores, tienen todo un pergamino de procesos de investigación fiscal, y se escandalizan todavía cuando les dicen en su cara, vociferan como vociferaron el lunes como chiquillos golpeando sus escaños cuando ahora el ex jefe de Estado Martin Vizcarra, lo dijo en su discurso no sé si voluntaria o involuntariamente, pero lo dijo, aunque después se rectificó.
Seguramente eso fue el detonante para la gran mayoría de congresistas fluctuantes que decidieron votar a favor de la vacancia, hasta que soltó la frase: “Aquí en este Congreso, hay una gran mayoría de congresistas que tienen procesos de investigación”. La pataleta fue total, como niños malcriados saltaron de rabia. El hombre camino al sacrificio de la vacancia, se rectificó inmediatamente. Pero ya era tarde: lo dicho, dicho está.
Si las políticas de salud no deben pararse, lo mismo debe hacerse también con las políticas educativas. Atender a este sector no con los presupuestos remanentes como lo vienen haciendo hasta hoy. Vizcarra manifestó el lunes en el Congreso, que este fin de mes de noviembre se está aprobando el presupuesto general de la República. Ahora tenemos otro jefe de Estado, lo dicho por el entonces jefe de Estado Martín Vizcarra, lógicamente debe mantenerse. Lo que no debe mantenerse es el monto de ese presupuesto general: cuánto de tajada debe corresponderle al sector educación. No lo dijo Vizcarra tampoco.
Manuel Merino de Lama, como jefe de Estado, no solo debe informarse, sino poner sus buenos ojos presupuestales dignos para el sector salud contra esta pandemia del virus y otras enfermedades y para el sector educación para mejora de infraestructura y sueldo de los maestros, que el gobierno de Vizcarra se burló casi en toda su gestión contra el magisterio, ofreciendo migajas de cien soles para el mes de marzo de este año, que se cumplió y otros cien soles para el mes de julio, que recién se cumplirán para este mes de noviembre.
Periodistas de algunos canales de Lima interpretan mal esta realidad caótica de inestabilidad gubernamental. Dicen que somos un país complejo. Falso. Lo absurdamente complejos son nuestros gobernantes en todas sus jerarquías y características. No cumplir las promesas hechas al electorado; hacer un gobierno solo para los grandes banqueros y grandes empresarios que no tributan como los dueños de algunas universidades privadas; no hacer justicia a los millones de ciudadanos creando dignos ingresos económicos; no hacer justicia a los estudiantes con tablets que se ofrecieron y sueldos dignos que no existen para los maestros.
Esto les convierte no solo en gobernantes complejos, sino en legítimos traidores a las causas justas de millones de peruanos. Ojalá que este breve gobierno se reivindique con algo justo a favor de la clase trabajadora del país y del magisterio en general; que vaya preparando también el camino para una Constituyente, para que el próximo gobierno convoque a los más de 30 millones de peruanos a un plebiscito para cambiar esta nefasta constitución del 93, que lamentablemente es la causa del caos gubernamental que vive el país cada cierto tiempo.