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martes, abril 23, 2024

Recuerdo de un secuestro

Este secuestro que pasaré a narrarles lo recuerdo como si fuese ayer porque lo viví en carne propia. Han transcurrido treinta y un años, aún se mantiene viva en la memoria de todos aquellos que nos involucramos de una u otra manera con este caso; sucedió el 25 de junio de 1989 siendo considerado como el primero en la historia del departamento de San Martín, lo cual tuvo como saldo un policía muerto, producto del asalto a la Comisaría de la Policía Nacional del Perú en el centro poblado de Pacaysapa, jurisdicción de la provincia de Lamas a manos de un grupo alzado en armas que solía hacerse llamar Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), marta o cumpas simplemente y que por esas circunstancias de la vida estuvo presente y sin saberlo Demetrio Tafur Ruiz quien en ese entonces ocupaba el cargo de Presidente de la Corporación Departamental de Desarrollo de San Martín (CORDESAM), algo parecido al Gobierno Regional de San Martín (GORESAM), hecho que se registró durante el primer gobierno del Presidente Alan García Pérez (1985-1990), el mismo que tuvo una repercusión nacional e internacional.

Demetrio Tafur Ruiz regresaba de la ciudad de Lima vía terrestre como solía hacerlo siempre luego de haber realizado algunas gestiones con el Gobierno Central para conseguir partidas entre otras para la mejora de la Carretera Marginal de la Selva, hoy Fernando Belaunde Terry, al llegar al poblado de Pacaysapa, Tafur se percató que había una hilera de vehículos que se encontraban estacionados en la berma de la carretera, presumiendo que a lo mejor se había producido algún deslizamiento de tierra impidiendo el libre tránsito, producto de las constantes lluvias que contribuían al mal estado de la carretera. Entonces decidió continuar porque contaba con una camioneta doble cabina 4×4 de propiedad de la CORDESAM que le permitía avanzar sin ninguna dificultad; cabe resaltar que tampoco había tráfico en sentido contrario (Tarapoto – Moyobamba), lo cual le llamó la atención y al avanzar algunos metros más se encontró con unos hombres vestidos con uniforme militar, por lo que en un principio le hizo suponer que se trataban de miembros del Ejército Peruano y fue por eso que siguió avanzando y al tenerlos cerca se dio cuenta que era una columna conformada por miembros del MRTA logrando distinguirlos porque en las mangas de las camisas llevaban un brazalete de tela color rojo donde iban impresas las siglas MRTA de letras blancas. Entonces Tafur optó por bajarse de la camioneta manejada por Jorge Nacarino, chofer de la CORDESAM, quien lo acompañaba a todo lugar donde él viajaba; fue entonces que los emerretistas aprovecharon aquel momento para solicitarle su identificación, mismos policías y así fue como se enteraron que la persona con quien estaban tratando era el Presidente de la Corporación, entonces uno de ellos gritó: ¡Compañeros, es el Presidente de la Corporación! En ese momento a lo lejos se dejó escuchar una voz ordenando con gritos que lo detuvieran para secuestrarlo.

Desde aquel momento y con una madre enferma nuestras vidas dentro del calor familiar cambiaron totalmente, la casa era un absoluto silencio, cada uno de nosotros asumimos funciones que nunca nos imaginamos; en mi caso tuve la responsabilidad de salir en busca de mi hermano lo cual tenía que hacerlo recorriendo caminos, carreteras, trochas, senderos, montañas, bosques, pueblos, poblados, caseríos y ciudades, muchas veces solo y otras acompañado, con el único propósito de encontrar algún indicio de vida. Para movilizarme conté con una camioneta 4×4 que me fue cedida por José Manuel Chong Velasco hasta que encontrara a mi hermano, sin importar el tiempo que usara. También recibimos el amplio apoyo de la población y de nuestros familiares, muchos de ellos lo hacían asumiendo su propio riesgo, algunos con temor por la propia coyuntura que se presentaba en aquellos momentos.
Demetrio Tafur Ruiz fue liberado el 27 de julio de 1989, el día en que nuestra madre cumplía sus años. Demetrio salió demacrado, flaco, con barba, cabello y uñas crecidas llenas de tierra en su interior y una pierna que perdió sensibilidad, producto de una caída que se produjo cuando era trasladado por los miembros del MRTA a través de las montañas, problema de salud que lo aqueja hasta la fecha.

Quiero agradecer a nombre de mis hermanos Teresa, Manuel (fallecido), Clara y el mío propio, Luis Alberto, a todas las personas que nos apoyaron de una y otra manera para llegar a un final feliz. A los sacerdotes jesuitas: Jesús María Aristín, al Cardenal Vargas Alzamora, al obispo Venancio Orbe, padre Ángel Goenaga, a la prensa que jugó un rol preponderante porque sin la ayuda de ellos la historia hubiese sido otra: revista El Tarapotino con su director Julio Quevedo Chávez, Radio Tropical con Juan Eduardo González Inga como director del programa de noticias Actualidades del Mediodía, Radio Imagen con Guillermo Sánchez Ushiñahua y su programa Patrullero 1160, Radio San Martín y su Director Edgar Portocarrero Andrade, José Vildoso Lack, William Gallegos Arévalo, Ángel Chávez.

Estoy seguro que me olvido de muchas amigas y amigos que también nos apoyaron a quienes les pido las disculpas del caso a nombre de la familia Tafur Ruiz. Ténganlo por seguro que los llevamos por siempre dentro de nuestros corazones.
Gracias, muchas gracias.

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