Viejos hábitos y malas costumbres están en el ADN de la gente.
Por: José Flores Vargas
Los incendios forestales se han vuelto eventos recurrentes en los meses de verano sin que nadie tome acciones concretas para frenar, es que este cantar se repite todos los años sin que ninguna autoridad o colectivo ciudadano, tome acciones para frenar esta mal habida costumbre de quemar el bosque bajo el pretexto “dicen para que llueva”
Las terribles consecuencias que ocasionan los incendios forestales siguen causando enormes daños al ecosistema y la salud de la población. Está confirmado que la contaminación producida por la propagación de humareda complica aún más las enfermedades respiratorias relacionadas con las ya existentes por la pandemia del coronavirus; mientras tanto nos peleamos por un balón de oxígeno en las calles, lloramos la pérdida de un ser querido por la fata de oxígeno, sin embargo, a la vuelta de la esquina en la otra huerta seguimos quemando y metiendo fuego a nuestros bosques…que paradoja.
La pandemia que nos golpea nos ha desnudado como sociedad, dejando en evidencia pésimos hábitos y costumbres que nos siguen arrancada vida, muy a pesar de las pérdidas fatales, los viejos hábitos y costumbres parecen formar parte del ADN de nuestra gente.
La historia se repite con nuestro habitad, no tememos cultura para proteger nuestra propia casa al cada vez más nos parecemos a seres autodestructivos.
Leyes existen de sobra, pero existe pereza y desgano para hacer las cumplir. A ver; que el ministerio público y la fiscalía ambiental muestre un sólo caso, una sancionado a un ciudadano por quemar o talar bosques; me atrevo a retar que nos demuestre y lo haga público; espero equivocarme, al parecer el cargo de fiscalía ambiental, sólo existe en el papel, sin haber demostrado actividad proactiva ante la sociedad en cumplimiento de sus funciones… bueno pero en fin, estamos en Moyobamba, esto es el Perú señores, no podemos pedir más…
Para no caer en el pesimismo, quiero atreverme a plantear la necesidad de conformar brigadas con personal especializado en combatir incendios forestales, creo que algo podemos hacer desde nuestras trincheras.
Los incendios forestales han vuelto a repetirse afectando zonas protegidas y áreas naturales de amortiguamiento en Moyobamba, ante la mirada de impotencia cuando vemos nuestro entorno natural devorado por el fuego.
¿Para qué sirven los trabajos reforestación?
¿De qué sirve y a dónde va el dinero que mes a mes pagamos por el llamado “servicios ecosistémicos”?
Al apreciar la belleza paisajista del cerro San Mateo, podemos alzar la voz con indignación, ante el fuego que consume dde vida nuestra la flora y la fauna…pues bien.
Cuando no haya agua en tu casa, no reclames, cuando haya más contaminación y basura, mejor cállate, cuando haya más calor, recuerda que no hiciste nada para combatir esas malas prácticas…No te quejes, ni alces la voz, cuando debiste hacerlo no tuviste la valentía de elevar tu voz y en comunidad hacerle el pare a esta gente indolente.
Ya en la tragedia, no chocamos con otra cruda realidad; no existe plan de emergencia para mitigar estos incendios a pesar que todos los años que venimos soportando estos desastres.
Ahora o nunca; el Alcalde, debe convocar con urgencia a los responsables del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), Gobierno Regional de San Martín-ARA, la Autoridad Nacional del Agua-ANA, EPSS-OTASS, y otras instituciones, con el propósito de activar el Centro de Operaciones de Emergencia-COE; quienes de manera rápida tomen las acciones del caso para frenar de esta ola de incendios de los cerros San Mateo, Pabloyacu, Calzada y Oromina…ojala así sea.