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sábado, abril 27, 2024

Cuando el “martillazo nunca llegó y la juerga se destapó”. Y EL VIRUS NOS SIGUE GOLPEANDO

Por: Beto Cabrera Marina


Cuando el párroco de Moyobamba Jaime Ruiz el 26 de mayo nos contó que había conversado con el gobernador y éste le dijo: “San Martín nunca va a ser Iquitos está controlado, llevamos dos meses y no ha colapsado todavía ningún hospital” y el curita continuó “tuve la sensación de que estamos en buenas manos, de que el gobernador es médico y sabe de lo que habla;(…) y me aseguró: San Martín nunca va a ser Iquitos, ya venimos tiempo preparando y no va a ser, ahora, está muy controlado” nos dijo en aquel entonces el sacerdote Toledano.
Pues bien, el testimonio que despertó confianza en la comunidad; pero algo raro se cocinaba y cada día nuestra confianza se fue desvaneciendo y hasta llegar a esta penosa realidad, cruda pero real, más allá de las frías estadísticas esta la verdad, pues al 07 de agosto en nuestra región la pandemia nos arrebató 654 vidas.

Relajo = Irresponsabilidad.
Pero, hay otros factores a tomar en cuenta, como sociedad, el individualismo y el egoísmo nos está jugando en contra, como sociedad hemos perdido la solidaridad y el sentido de supervivencia como personas pensantes, con nuestros familiares y comunidad, no hemos sido capaces, pues tendríamos que preguntarnos ¿hemos aprendido la lección?

Ese instinto de supervivencia, es la habilidad que tenemos todos los seres vivos de superar las agresiones -como la pandemia que nos golpea- con el objetivo de seguir vivos y por ende preservar la vida; el instinto de supervivencia corresponde a todas las conductas básicas que nos permiten PRESERVAR LA VIDA Y LA SALUD, además evitar el peligro.

A ver, si intentas matar a una mosca, ésta saldrá volando a toda velocidad para salvarse, pues el bicho está protegiendo su vida a pesar de su irracionalidad

Muy pesar que el monstruo nos arrebata familiares y amigos, a pesar que la bestia del virus ronda sin misericordia pueblos sin distinciones sociales y económicos, tenemos personas que día a día retan a la enfermedad, retan a la propia supervivencia de abuelos, padres y hermanos es decir ponen en riesgo a su propio núcleo familiar.
Y aunque el llanto no calmen ni cierren las heridas en la casa de un familiar o amigo, la nube gris del virus extiende sus garras y azota nuestro existir …tenemos adolescentes, retando a la muerte con una pichanga en la canchita de la cuadra, es que convivimos en medio de una comunidad insensible con el dolor ajeno y con una tremenda falta de disciplina, porque hemos confundido el valor de la libertad, porque nos hemos criado y somos fruto de una sociedad egoísta, consientes que aún tenemos gente en nuestra región que pierde la vida por falta de medicamentos y oxígeno.

Y es que ese golpe duele doblemente cuando vemos comportamientos y actitudes que retan a la muerte y con muy poca solidaridad con la familia y el escaso compromiso de personas con basases elementales de vida en comunidad, pues me tiro a la juega en la cantina mundana y la vida continua bajo el manto de irresponsabilidad total.

EN RESUMEN:
– La curva de contagios es claramente ascendente en todas las regiones, los expertos culpan a la dejadez de las instituciones, durante las últimas semanas, el gobierno parece haber bajado la guardia.

– El objetivo era apurar la economía nacional a las puertas de la recesión Ahora se teme que haya abierto la puerta a una mayor dispersión del virus. Un incentivo efectivo para potenciar la economía, pero también los contagios.

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