EN UN CEMENTERIO PRIVADO
Este martes al mediodía llegó a Tarapoto procedente de Lima, el cuerpo del principal guitarrista de la agrupación musical Sonido 2000, quien falleció a causa de falla multiorgánica, luego de complicarse su estado de salud debido al COVID -19. Durante su paso por diferentes localidades asentadas en ambas márgenes de la carretera Fernando Belaúnde Terry, decenas de pobladores lo esperaban para darle el último adiós. Al llegar a Tarapoto fue velado en la casa de sus padres y luego en medio de una gran multitud fue conducido a un cementerio privado de La Banda de Shilcayo.
En varias localidades del Huallaga central, muchas personas esperaron el paso del féretro de “Tulin” Trigozo Reátegui, su hermana Cheryl con mucha humildad bajó en algunos lugares para agradecer las muestras de cariño hacia el conocido guitarrista. Desde el distrito de Juan Guerra una caravana de vehículos acompañó al cortejo fúnebre hacia la casa de la familia Trigozo Reátegui ubicado en la urbanización 9 de Abril, donde fue velado unas horas.
“Agradecemos las muestras de cariño hacia mi hijo “Tulin”, de quien siempre me sentiré orgullosa, porque a sus 34 años logró ser reconocido como un buen artista por destacados músicos a nivel nacional. Él tenía muchos planes, pero Dios lo llamó para estar junto a su padre. El Sonido 2000 continuará bajo el lema que el creo: “La Maquinaria Musical que nunca se detiene” ahora estará bajo la dirección de mi hija Cheryl y mi hijo menor estaba preparándose para integrarse pronto a la orquesta” manifestó Mary Reátegui Alvarado, madre de destacado guitarrista.
Sin embargo, la familia Trigozo Reátegui a pesar que pedía a los seguidores a mantener la distancia, ello no fue posible y cada minuto que pasaba decenas de personas llegaban al velorio para despedirse de “Tulin”, es por ello que la gente pidió que lo lleven a dar una vuelta por la plaza Mayor antes de llevarlo al cementerio privado, a donde solo pudo ingresar sus familiares y amigos más íntimos, quienes evidenciaron muestras de profundo dolor. (Hugo Anteparra)