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viernes, abril 26, 2024

No soy TROLL

En épocas de circos gubernamentales, dimes y diretes, soberbia, poder mal asumido y un incontrolable deseo de ser pedante desde un cargo público, es preciso  plantear la interrogante de Maquiavelo ¿Vale más ser amado que temido o temido que ser amado?

“El político  debe hacerse temer de manera que si le es imposible ganarse el amor del pueblo, consiga evitar el odio, para combinar perfectamente el ser temido y el no ser odiado. Para eso debe evitar todo aquello que lo pueda hacer odioso o despreciado. Un político en una sociedad democrática siempre debe buscar ser amado por los ciudadanos, aunque puede ser temido por sus adversarios”. Indudablemente parece que nuestros gobernantes no practican nada de los consejos de Maquiavelo.

¿Cuántas veces postuló para ser gobernador el Sr. Bogarin? ¿Más de 3? Bueno creo que tanta insistencia fue para lucirse en su gestión, sin embargo, en mi opinión sólo observo ineficiencia. Por su parte el gobernador con un tono conflictivo entrando en dimes y diretes con alcaldes, congresistas, consejeros, regidores, etc. Y sus funcionarios tomándose el 100% de su tiempo en redes sociales, respondiendo, atacando, dándose de súper héroes, cuando no lo son. Comportándose como chiquillos en busca de su chupetín y queriendo que todos los aplaudan, cuando en realidad no lo merecen y si hay logros eso es parte de su chamba, nada más.

En este contexto, vuelvo a mencionar a Maquiavelo, quien nos detalla claramente a la virtud y a la fortuna, algo que me llamó la atención. Puesto que para él, la fortuna tiene que ver con la suerte, la calidad y el destino. La virtud por su parte se vincula con la capacidad, el trabajo, el talento y la competencia. Con estos postulados me preguntó y creo que muchos más se hacen la misma interrogante ¿Cuánta virtud tiene nuestro gobernante regional? O es acaso que al ganar las elecciones electorales, pensó que todo sería fortuna y que la suerte estaría de su lado. No señor, la suerte no puede ser la responsable de las acciones del hombre, sino su trabajo, su disciplina, su entrega y su pasión. ¿Cuánto de eso tiene el gobernador y  los funcionarios que trabajan en ésta gestión? No acusen a la fortuna por haberla perdido, sino a su ineptitud.

Ocupen su valioso tiempo en buscar soluciones eficaces en tiempos de crisis,  no para estar recordando a las anteriores gestiones, echándoles la culpa de todo y SIIIIIII en toda gestión hubo errores, corrupción y gente desgraciada que se aprovechó de su cargo, no lo niego, pero tampoco es momento de dedicar el tiempo recordando ello, porque el tiempo pasa y en épocas de pandemia lo que se quiere es gestión y buenos resultados, menos muertes y un sistema de salud óptimo.

«Tal gestión hizo los hospitales y hubo corrupción, la otra no le hizo mantenimiento y sobrevaloró costos». ¡Sí! lo hicieron pésimo, pero no se puede llorar sobre «leche derramada», realicen las denuncias y que la justicia mande a la cárcel a las o los desgraciados. Pero mientras tanto, eso no puede ser el «caballito de batalla» de ésta gestión para hacerse los locos y justificar su incapacidad.

No sea hagan odiar, que el tiempo de gestión es efímero y ese poder que ostentan se esfumará al instante. Estamos en crisis, San Martín agoniza y ningún ciudadano que exige que ustedes trabajen, lo hace por resentido o por buscar protagonismo, al menos yo no, estoy más preocupada en que no mueran más personas, que los contagios disminuyan y que ésta hermosa región no terminé por hundirse en el pantano.

Quisieron gobernar, pues háganlo, sin corruptos, ociosos, ayayeros y delincuentes cibernéticos. Yo no soy troll, soy una ciudadana con nombre y apellido que está preocupada por la situación que atraviesa la región. Las muertes son pan de cada día y todo se ha normalizado. Los funcionarios de la gestión hablan de grandezas, de oxígeno que llega, pero que nunca es suficiente, siempre falta y por eso seguimos perdiendo vidas. ¿Cuántos más morirán?

El sistema de salud ha colapsado y quienes están siendo atacados son el personal de salud y pocos se han puesto en sus zapatos.  Saben ¿cómo es la vida de los médicos, técnicos, enfermeros y laboratoristas?  Con frecuencia ellos no tienen tiempo ni para comer, porque la cantidad de pacientes es de terror, sin embargo, mantienen la calma, se la pasan corriendo de un paciente a otro, tratando de ayudar a los que tienen fiebre o insuficiencia respiratoria, en ese laberinto se olvidan el dolor que les causan las mascarillas y el no poder respirar ni secarse el sudor. También se les olvida que les duele el cuerpo y hasta se les olvida que son seres humanos. Lloran, claro que sí, tienen sueño y no pueden dormir, algunos llegan a sus cuartos vacíos, porque sus hijos están con otros familiares para evitar contagiarlos. Se sienten solos, abandonados por el Estado.

Se sacan los implementos, algunos rotos, otros deteriorados y solo piensan ¿Y si estoy contagiado/a?  Pero desinfectan todo, tratan de dormir un par de horas, porque al día siguiente volverán al hospital y seguramente les gritarán que no sirven para nada, que son inhumanos y que las personas mueren por su ineficiencia.

Hablamos de empatía y seguimos pensando solamente en nosotros, ese egocentrismo no nos ayudará a salir adelante. Acá no es culpa del médico, del técnico o del enfermero, es culpa del sistema de salud, es culpa de la corrupción, es culpa de las autoridades mediocres que nosotros elegimos democráticamente.

Y mientras el médico, técnico, enfermero, laboratorista, el personal de lavandería, limpieza y los choferes de las ambulancias siguen trabajando, airosamente y con soberbia salen funcionarios a mostrar su peor rostro, a amenazarlos, a desmentirlos cuando denuncian que no hay oxígeno. Y por si fuera poco, a las personas que están sufriendo una verdadera vía crucis para conseguir oxígeno, les tildan de “troll”. A quienes denunciamos y exigimos acciones concretas para evitar muertes, nos llaman “troll”. A los medios de comunicación que sacan a la luz temas de corrupción, los sindican como “troll”. No señores autoridades, no somos trolls, somos personas que pensamos, que sentimos y que queremos vivir.

“Los presidentes no heredan problemas, se supone que los conocen de antemano, por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir esos problemas”, Angela Merkel, Canciller Alemana desde el 2005.

No soy troll, me llamo Karina Roncal Alva y solo quiero elevar una oración por cada fallecido en esta pandemia, por cada persona que está trabajando por salvar vidas y por cada ser humano que busca desesperadamente un balón de oxígeno para que su familiar no muera en UCI. Ellos, tampoco son trolls…

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