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jueves, abril 25, 2024

La educación y el coronavirus en el Perú

Por: Mg. Antonio Rojas Miranda
Especialista de Educación – UGEL Bellavista / Región San Martin.
[email protected]/ Cel. 942962839

En este estado de emergencia frente al COVID-19, el Ministerio de Educación ha puesto a disposición una serie de enlaces web, emisiones radiales y televisivas para realizar actividades educativas con nuestros niños y adolescentes, muy bueno para los estudiantes que tienen en sus domicilios el servicio de internet y los recursos tecnológicos necesario para acceder a dichos link. Considerando que en la Región San Martín aproximadamente el 78% en zonas urbanas y el 95% de zonas rurales no cuenta con el servicio de internet en sus domicilios (ENDES, set.2019), los padres de familia no tienen las herramientas necesarias para poder afianzar a sus hijos en temas educativos de acuerdo al enfoque por competencias que se realiza en las II.EE., recurriendo muchos de ellos (aprovechando el tiempo de cuarentena) a formas empíricas o conductistas con los que ellos fueron educados o llevaron parte de la educación formal recibida, ya que muchos de ellos no tienen escolaridad completa.

Por lo que es necesario concientizar a los padres de familia que la labor del docente es muy diferente a lo que nosotros como padre de familia hacemos en casa con nuestros hijos; no se trata de levantarle la voz o pasar a la agresión física por más simple que sea, cuando ellos cometen errores en las lecciones que les damos, sino que debemos partir de esos errores y hacer reflexionar a los niños y adolescentes de cómo podemos mejorar, reflexionar y presentarle alternativas de mejora, creando un clima de amistad, asumiendo roles equitativos para que no se llegue al extremo de generar miedo y generar fobia cuando nos enseña papá o mamá. Para ello es necesario generar espacios agradables en tiempos flexibles, cuando el niño o adolescente se siente a gusto, desarrollando lecciones de manera conjunta, retroalimentando (corriendo o reforzando en el acto), sin dejarlos solos en el desarrollo de la actividad, se sugiere periodos de tiempo cortos y flexibles, pudiendo cortar la actividad cuando notemos signos de cansancio o aburrimiento. No es necesario tener horarios establecidos como en la escuela.

Ello permitirá que nuestros niños y adolescentes vean al estudio como una actividad cotidiana dentro de casa, y no cronometrada como en la escuela (donde el profesional de educación tiene múltiples estrategias didácticas que movilizan al grupo humano que tiene a su cargo). Recordemos que no se trata de avanzar como en la escuela (cumplir con una programación), sino facilitar aprendizajes diversos que nosotros como padres consideramos necesarios y podemos impartir de nuestros niños y adolescentes de manera más adecuada, respetando sus ritmos y niveles de aprendizaje. De esta manera conoceremos mejor cual es el nivel académico de nuestros niños, que capacidades les falta desarrollar y en cuales de ellas les podemos apoyar, teniendo en cuenta nuestros conocimientos previos.

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