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viernes, abril 19, 2024

ENSAYO El Proceso del Presupuesto Participativo en la Región San Martín: Del entusiasmo a la apatía

Las primeras experiencias, cargadas de entusiasmos y muchos logros
El Presupuesto Participativo como mecanismo de participación ciudadana sustentada en el art.199° de la Constitución Política que dice que “los Gobiernos Regionales y Gobiernos Locales formulan sus presupuestos con la participación de la población y rinden cuenta de su ejecución” la que se complementa lo detallado en las respectivas leyes orgánicas de gobiernos regionales y de municipalidades y de leyes específicas sobre la materia; tiene como finalidad que la toma de decisiones sobre las acciones a implementar por los gobiernos subnacionales sea desarrollada de forma compartida con la sociedad, teniendo como fin el logro de la Visión del Desarrollo definido en los respectivos Planes de Desarrollo Concertado.

En el caso de la región San Martín, cuya característica de participación ciudadana para la toma de decisiones se remonta de forma específica al año 1997, cuando por iniciativa de la Red de ONGs de San Martín y la Cámara de Comercio de San Martín, se plantea al Consejo Transitorio de Administración Regional – CTAR, institución que para ese momento representaba la máxima autoridad ejecutiva de la región, aprobar en noviembre de 1997, el primer Plan Estratégico Regional; y su éxito no sólo se debió a que por primera vez se contaba con un plan regional elaborado participativamente, sino que este había sido elaborado de forma participativa, donde según reportes de la Cámara de Comercio de San Martín – Tarapoto, participaron 2378 personas de las 77 municipalidades que conforman la región en todo el proceso de su elaboración, pero además diferentes instituciones lo utilizaron como parte de su formulación presupuestal anual,

Luego en el año 2003, al formularse el primer Plan Concertado de la Región, impulsado por la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza de San Martín – MCLCP-SM en coordinación con el Gobierno Regional de San Martín – GRSM; se actualiza este plan y se logra concretar la elaboración de los 77 Planes Concertados Locales, que corresponde a los 77 distritos que conforman la región; participando más de 4000 personas en su elaboración; mejorando aún más el nivel de participación ciudadana en su elaboración.

Estos planes luego permitieron elaborar los respectivos presupuestos participativos, en donde se pudo apreciar un gran entusiasmo de la población, pues entendían que este comenzaba a plasmarse como una nueva forma de desarrollar las políticas públicas en especial la asignación del presupuesto de los gobiernos sub nacionales; incluso se contaron con fondos de cooperación para apoyar que estas acciones se consoliden, siendo dos de ellos el proyecto Pro Descentralización –PRODES y el Proyecto “Participa Perú” promovido por el Grupo Propuesta Ciudadana.

En este escenario los mecanismos de participación ciudadana comenzaron a ser parte de un elemento que contributivo a fortalecer la democracia en la región San Martín, generando legitimidad de las decisiones públicas que se adoptaban, pues cuanto mayor es el involucramiento ciudadano en la toma de decisiones, mayor era la legitimidad al momento de implementarla, sin embargo transcurrido los años, este espacio del Presupuesto Participativo ha tenido diferente grado de aplicación, dependiendo en gran medida del liderazgo que imprime el gobernante, de la existencia de organizaciones sociales sólidas y comprometidas con su entorno, o de una sinergia entre ambos.

Con el transcurrir de los años, se fueron desluciendo estos procesos, pues no siempre las autoridades cumplían con los compromisos asumidos, siendo una de las razones para pasar del entusiasmo de la participación el Presupuesto Participativo a la apatía, que se comenzó a tomar este proceso como un mero cumplimiento de los procedimientos normativos establecidos por el MEF, o cuando se modificaban sin mayores criterios los proyectos priorizados, en muchos casos motivados por intereses de orden político partidario; o en otros, cuando la ejecución de los mismos no conllevaban a una adecuada ejecución del gastos y por consiguiente la rendición de cuentas no efectuada con transparencia.

Solo una adecuada democracia participativa como complemento de la democracia representativa garantizará una legitimidad del accionar público y si esta sostiene en procesos de gestión por resultados, el valor público de las intervenciones del Estado se magnificarán; de ahí la importancia de tratar este tema en un contexto social donde la conflictividad social es cada vez más latente en cuanto a la ejecución de proyectos; y donde los cuestionamientos a la probidad del accionar de los funcionarios y autoridades ha llegado a niveles extremos.

Del entusiasmo a la apatía
El entusiasmo definido como involucramiento en la toma de decisiones, se merma en la medida que los fines que persigue la política pública no se cumple a cabalidad, pero además porque existen intereses y posiciones de orden partidario – político que pueden aminorar las capacidades de involucramiento de la población de participar en la toma de decisiones, a la que se suma una crisis institucional marcada por la corrupción que ha sido parte constante de la agenda política y económica del país. En el caso concreto de la participación ciudadana en los presupuestos participativos de la Región San Martin podemos decir que los factores para aminorar el entusiasmo y pasar a la apatía son:

Los Factores Políticos Institucionales
Uno de los factores de éxito para esta formulación participativa del Presupuesto estuvo centrada en la planificación, no solo para lograr el resultado, sino que este sea ejecutado con una verdadera participación, que parta desde el nivel distrital y articulado con el nivel provincial y regional, pero a la vez tenga un criterio técnico para que su implementación contribuya a fines sostenibles

La participación ciudadana tiene una relación directa con el fortalecimiento de la democracia, esto se da, por que las políticas públicas no proceden de una sola fuente, siendo estas, la oferta de los partidos políticos, las demandas de la población y la opinión de los expertos. Es decir se tiene como premisa de acción que las políticas públicas también tienen como fuente las demandas de la población y por tanto si estas se formulan de manera organizada a través de mecanismos de participación la probabilidad de que sean tomadas en cuenta se incrementan, lineamientos que caracterizaron la formulación de los primeros presupuestos participativos regionales.

Sin embargo la motivación de priorización y participación en el campo político institucional, no logró ser cimentada, pasando en los años sucesivos a desarrollar los planes y presupuestos participativos sólo basado en un mero cumplimiento de la normativa, sin desarrollar un plan de acción que busque ir adecuando los procesos a los cambios del entorno; y donde la autoridad local o regional ya no se involucraba como en los inicios, y en muchos de los casos consideraron que los planes y presupuestos ya elaborados “caminarían solos” o “que lo avanzado” ya era suficiente para que los aparatos políticos institucionales a nivel del gobierno regional y las municipalidades sean capaces de impulsar la participación ciudadana.

Existen funcionarios del Gobierno Regional y de los Sectores Públicos que manifiestan que la sociedad civil debe participar sólo en los procesos de formulación de los Planes Concertados; más no así en la formulación de los presupuestos; pues éste tiene un carácter técnico; y al estar los proyectos ya detallados en el Plan la definición de las inversiones debe recaer sólo en los equipos técnicos; elemento que limita la implementación de los planes, pues la participación se debe dar en todas las etapas, desde la formulación, su ejecución y posterior control.

 

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