Los terremotos que azotaron Moyobamba en los años 90-91, fue tan catastrófico que encontró tan desprevenida no solamente a la población, como también a las autoridades de aquel entonces que no supieron enfrentar este desastre y planificar la reconstrucción. Es decir, no estuvieron preparados para ejercer una política que vaya con la construcción moderna de una ciudad, sin perder su tradición cultural, ambiental, bajo una armonía e idiosincrasia del poblador.
Los programas sociales de vivienda llegaron a imponer modelos sin tener en cuenta su sostenibilidad e impacto ambiental que acarrearía más adelante.
Con el cambio climático, la ciudad se muestra asfixiante por el desorden de sus edificaciones, muchas de ellas construidas en forma empírica, porque las normas de construcción civil son “letra muerta”.
Desde los colegios profesionales de la arquitectura y la ingeniería civil, es necesario escuchar sus pronunciamientos, fijar posiciones técnicas, en cuando a las nuevas edificaciones que vayan relacionados con su propia cultura de la población, sin descuidar el aspecto socio-ambiental para construir espacios de una ciudad amigable.
Somos conscientes del deterioro constante del medio ambiente producto de las diversas actividades humanas, es propicio que ahora los encargados de diseñar y construir las edificaciones empiecen a trabajar pensando en revertir estos efectos negativos.
Es el momento que desde la sociedad civil a través del Colectivo Moyobamba 500 Años, se promueva la creación de estrategias aplicables a los procesos de diseño y edificación urbanística. En ese propósito pedimos a los colegios profesionales de los arquitectos e ingenieros civiles que propongan ante la autoridad edil lineamientos en cuanto a la arquitectura, construcción y el diseño urbano para impulsar el desarrollo sostenible de la ciudad.