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viernes, marzo 29, 2024

Los líderes y la visión de futuro

Los líderes, para considerarse como tales, deben construir dos visiones, ambas indesligables. Si solamente construyen la propia, y no para la institución a la que dicen representar y para la sociedad, solo serán unos grandísimos bribones, cuando no delincuentes. La realidad de la política peruana actual puede dar fe de ello.

Para dirigir o gerenciar una administración debe manejarse por principios universales que tienen vigencia desde que la sociedad humana se ha organizado para entrar a la era del neolítico. Desde aquel individuo que salía de cacería mientras la mujer se quedaba cultivando la huerta. De repente soy el primero en expresarlo de esta manera. El asunto que estos principios deben ponerse en práctica. Lo esencial es que quienes dirijan estas organizaciones tienen que tener la claridad suficiente y necesaria para que a sus gestiones le pongan un sello o una marca que les identifique. Tienen que tener una visión, y no solo dedicarse a la rutina del día a día haciendo lo mismo.

Los líderes deben construir sus escenarios y comparar a partir de qué es lo que encuentran cuando llegan y cómo quieren dejarlo. No se trata solo de soñar; hay que soñar y trabajar. Indudablemente en los colectivos siempre habrá quienes joden y hay que saber lidiar con estos bribones. Y no digo más en este punto. Pero no deben olvidarse de lo elemental: la gente. He conocido directores de instituciones que jamás han interactuado con el personal; menos los llegaron a conocer. Llegaron siendo a veces ilustres desconocidos y se fueron sin pena ni gloria.

Capacitarse e introducirse en el actual proceso de implementación del Sistema de Control Interno, promovido por la Contraloría General de la República, nos lleva a comprender que lo principal y más importante es el componente del llamado “ambiente” de control” pero, que sin embargo, en el proceso podría ser la última rueda del coche, por decirlo de alguna manera y más coloquial. Para comenzar, casi ninguna institución ha construido una visión, si es que lo han construido, donde la mayoría de funcionarios, que han envejecido en la administración pública, suelen decir: “¿De qué nos sirve tener una visión de futuro? ¡Trabaja nomás y no te metas en problemas!”.

En relación con el tema anterior, alguna vez le preguntaron a un funcionario, ya ´viejuyado´ en la administración pública, que se creía un tremendo experto en todo, si había revisado alguna vez su Reglamento de Organización y Funciones. Solo atinó a responder que le bastaba cumplir con las directivas y rendir cuentas de las comisiones de servicios. ¡Aquí está una parte del drama y la tragedia de la administración pública. Pues, todo aquel que llega a dirigir una organización no solo debe ser un doctor en gestión pública (la experiencia nos dice que no es suficiente) que, a la larga, a muchos no les sirve para nada, sino saber que el elemento humano es lo primordial. Si el individuo no tiene esa capacidad para el cargo, se generará un caos y un clima tóxico en la institución.

El caso anterior lleva a que, con criterios mediocres, nunca seremos promotores del cambio, de las mejoras ni de la revolución. Necesitamos esa revolución y todos debemos ser revolucionarios para fortalecer la gestión. [Asociación para el Desarrollo Comunicando Bosque y Cultura].

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