Juanjui. De cara a la nuevas elecciones congresales del 26 de enero, el exconsejero regional por la provincia de Mariscal Cáceres, abogado Luis Neptalí Santillán Cárdenas, brindó polémicas declaraciones llamando a la reflexión a las autoridades y a los que aspiran serlo, desde la experiencia del extinto alcalde Signior Pozo Di Borgo, quien un 24 de diciembre, hace 15 años, fue vilmente asesinado en pleno ejercicio del cargo de alcalde de Juanjuí.
“Tuve la oportunidad de frecuentar en Lima a Signior muchos años antes de que fuera alcalde, muchachón extrovertido, un poquito exagerado en sus apreciaciones, fantasioso, pero muy buena persona. Lo perdí de vista muchos años y luego lo ubiqué en la palestra pública como burgomaestre de Juanjuí”, recordó.
Precisó, que concuerda con las apreciaciones en el sentido que “a Signior Pozo Di Borgo lo mataron los conspiradores, envidiosos, obsesionados, egoístas, los resentidos, los ambiciosos de poder”.
“Pero adicionalmente debo decir que, cuando uno asume una función pública debe comprometerse seriamente con una vocación de servicio al pueblo, debe alejar de su entorno, las tentaciones del poder, los sueños de opio que le hacen ver la riqueza a la vuelta de la esquina, debe retirar de su entorno a los eternos ayayeros que lo ubican en una nube, le hacen creer el todopoderoso, el que todo lo hace y todo lo puede y lo alejan de su pueblo”, enfatizó el también expresidente del Consejo Regional del gobierno regional de San Martín.
“Muchas de estas tentaciones probablemente hayan rondado a Signior Pozo Di Borgo, ¿sucumbió ante ellas? No lo sabemos. Lo que sí conocemos es que otros de su entorno envidiaban su posición de ventaja y poder, y aspiraban su cargo. Algo que siempre está y estará presente”, revela Luis Santillán.
En tanto, aclaró que no busca con su opinión poner de ejemplo a Signior, sino generar reflexión respecto a que en todo momento, las autoridades, deben trabajar con decencia, ética, moral y honradez en favor del pueblo.
“No dejemos que las tentaciones que siempre estarán allí, nos dobleguen. Porque lo que mal comienza, mal termina. Sigamos el ejemplo de dignos prohombres de la democracia, como Víctor Raúl Haya de la Torre, Fernando Belaunde Terry, Alfonso “Frejolito” Barrantes Lingán, quienes dejaron el poder tal cómo entraron; sin robar nada al Estado, y es que, como dijo Haya de la Torre, “no se concibe la política, sin moral”, señaló.
“Ahora el mundo es al revés, entran al ejercicio de cargos públicos sin cuentas bancarias, sin casas, sin vehículos, entran como ciudadanos de a pie y salen millonarios y nosotros nos preguntamos, ¿de dónde? Y la respuesta lo resume el dicho: “Sacristán que vende cera y no tiene cerería, de donde pecata mía, sino de la sacristía”, concluyó Luis Santillán Cárdenas, tras invocar a las autoridades electas y no electas de la región y del país, a trabajar con toda honestidad, ética y moral, desterrando definitivamente la corrupción de la patria. (Carlo Augusto Pérez)