Fuerza Popular no es transparente juega por debajo de la mesa
No sorprende y causa indignación saber que Alberto Fujimori, a quién pensábamos jubilado de las lides políticas y en constante lucha por su bienestar y la vida, está en plena capacidad de trabajo político, y tal como lo imaginaban muchos, el “dinosaurio” de la política estaba en reposo, listo para un nuevo salto.
Fujimori está “vivito y coleando”, al punto de elegir, como en sus mejores años, a los hombres con quién trabajar. Es el operador político de la campaña de Fuerza popular para las elecciones de congresistas 2020. La conversación grabada en noviembre por el mismo convocado, Crisóstomo Benique Apaza, el dirigente barrial en Puno, así lo demuestra.
Esto significa que Keiko está en la banca lesionada por bastante tiempo, hasta las elecciones del 2021. O tenemos que pensar que el audio es una maldad o edición especial. Tenemos que pensar que todo ya estaba preparado, fríamente calculado por el mismo Alberto. Su mejor asesor en las acciones maquiavélicas, siempre fue él mismo.
En octubre de 2018, recordamos con pena que Alberto dijo “Si regreso a prisión, mi corazón no lo va a soportar, no me maten”. Catorce meses después, Fujimori, en el tono de voz de siempre, con la seguridad de siempre y con el desparpajo de un actor curtido, escuchamos: “Lo espero el jueves a la hora del almuerzo, usted va a ser congresista”.
Fuerza Popular no es transparente y juega por debajo de la mesa política. Mueve las piezas según el escenario. Calcula situaciones y aprovecha cada espacio para esconder sus intenciones, sus medias verdades y sus mentiras.
El mal llamado “ruido político” tendrá un nuevo capítulo para elucubrar hipótesis e historias, para enumerar en una lista personas cómplices de lo sucedido. También saldrán los defensores que explicarán lo cometido. No empieza la campaña electoral y a pocos días de la elección, no hay una agenda de las propuestas para que la población elija mejor.
Los fiscales anticorrupción, en el caso Lava Jato, Vela y Pérez, tienen una razón más para buscar todo lo malo en el fujimorismo, apretarlo contra las cuerdas de la ley y demostrar que no son honestos; tiene que pagar los errores cometidos desde 1990.
La política de la maña sin ideas y sin visión debe de terminar. Debajo de la mesa las manos tienen que estar limpias y guardar la estrategia para la acción. La corrupción y las tretas de bandidos se combate con personas honestas, con personas que quieren trabajar para el bien común y no para los asuntos personales.