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viernes, abril 26, 2024

Navidades 2019 y su significado

He creído observar que en estos días previos a la Navidad 2019 no hubo tanta fruición como en los años pasados. Creo entender que poco a poco la gente va comprendiendo que la pasión por las compras y los regalos no fue sino el producto de una manipulación para el consumo y hacernos sentir la necesidad de que regalar cosas es la demostración de decirles que les queremos, mientras otros se llenaban de dinero. O tal vez la percepción de ese poco dinamismo que notamos ahora es nuestra particular percepción porque creemos que sin las personas que amamos y que ya no están nada será igual.

Sea como fuere, nacimos con una cultura navideña para hacer de estas fiestas un momento de encuentro en las familias y en los amigos. Personalmente, yo elijo a veinte amigos para llamarles las vísperas de la Noche Buena y decirles lo mucho que les aprecio y para expresarles mi gratitud porque sus decisiones personales han afectado positivamente nuestras vidas. Porque las fiestas de Navidad son la ocasión propicia. Es mi opinión, claro, porque muchos de mis lectores no estarán de acuerdo conmigo, porque el hecho que no ya no estén con nosotros no cambiará el mundo.

Creo que las Navidades son hermosas para la gente que puede procurarse esos gustos y esos gastos. Alguna vez una conocida política me confesó que las fiestas de Navidad para ella eran las más tristes porque mientras participaba en los momentos de los abrazos y saludos y de esas llamadas que llegaban por el celular y por el fijo, ella pensaba en los miles de niños que no habían cenado esa tarde, en los niños que parecían disfrutar de un juguete de plástico y en esas familias que solo ven a otras familias cargando sus vehículos cuatro por cuatro de lunas polarizadas con canastones y bolsas de esas compras hechas en La Inmaculada, la tienda emblemática de nuestro ex congresista, en Plaza Vea o en los grandes almacenes de nuestra ciudad que crece y crece aunque no tenga parques ni bosques urbanos, parque a las autoridades neoliberales le interesa que el ciudadano solo tenga billetes en los bolsillos y no los espacios públicos grandes e inmensos que sean lugares de encuentro para todos.

En verdad, les confieso que tengo otras percepciones de estas Fiestas de Navidad. No lo serán igual para esa buena gente que no tiene trabajo, que es despedida de sus centros de trabajo por razones injustificadas, que sufre de un mal incurable, que los días previos han perdido a un familiar que decidió partir a otras dimensiones en estos días previos, como acabamos de despedir a Edwin Arévalo del Águila, un compañero del ex Banco Agrario del Perú y que me acompañó en el Fondeagro, y de quien hice una semblanza en los momentos previos del sepelio. Siempre me permito hacer una semblanza de esos amigos que siempre fueron buenas gentes y nobles seres humanos.

A pesar de todo lo que acabo de escribir, que estas Navidades sean el momento de reflexión: Si siendo altos funcionarios estamos cumpliendo con esas responsabilidades que les dio el pueblo, o si todo es flauta y quena; si los años que pasan nos están haciendo mejores personas o siguen siendo esos sujetos perversos, miserables, oportunistas y desagradecidos con quienes les sirvieron. [Comunicando Bosque y Cultura].

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